Jalisco

Fotogalería: Una jungla de asfalto... y pintura en aerosol

Las imágenes contraculturales pueden encontrarse en prácticamente cualquier parte de la ciudad

Desde que los pilares de la vía elevada para la nueva Línea 3 del Tren Ligero se construían, miles de ideas pasaron por la mente de la comunidad grafitera para atiborrar cada nuevo espacio con las letras de su crew o barrio. EL INFORMADOR / G. Gallo
Cada espacio de alta concurrencia en Guadalajara ha sido “intervenido”. La meta de los grafiteros siempre ha sido que su trabajo luzca más que el de otros. EL INFORMADOR
Íconos del progreso de la ciudad, como la estatua del ingeniero Matute Remus, también han sido objeto de estas manifestaciones. Y, como sucedió con las pintas de la Línea 3, la crítica a los autores también fue dura. EL INFORMADOR
No todas las pintas en la metrópoli tienen la intención de increpar. En ocasiones el corazón se impone a todo y los mensajes de amor también emergen de las latas en aerosol. EL INFORMADOR / F. Atilano
Sin importar que haya una Avenida altamente concurrida a su lado, la pintura en aerosol llena las bases del monumento Las Águilas. EL INFORMADOR / A. Camacho
Todo, incluso el riesgo de perder la vida, está en juego al momento de salir a una “misión”. Los anuncios espectaculares son particularmente asediados, debido a su evidente exposición pública. EL INFORMADOR / A. Camacho
La naturaleza del grafiti, fenómeno que en Guadalajara se registra desde los cincuenta, es dejar en claro a las autoridades que existe una oposición emergente, retadora y evasora en cada barrio y cada espacio de la ciudad. EL INFORMADOR / F. Atilano

Arte o no, la osadía de “Runek” y “Drifo” levantó ámpula en las redes sociales y, al menos durante un día, volteó de cabeza a las autoridades cuando la foto de su “hazaña”: un par de firmas plantadas en los vagones sin estrenar de la nueva Línea 3 del Tren Ligero, se viralizó en el el ciberespacio.

Pero en su constante evolución y crecimiento, Guadalajara siempre ha estado acompañada por muros, visibles y ocultos, signados por jóvenes subversivos que, a través de siglas y apodos, dejan prueba de su existencia al sistema, al establishment, que combaten con pintas, tags o murales desde la contracultura del hip-hop.

Durante años, el debate de una ciudad taggeada con letras incomprensibles para las mayorías estuvo ligado al desorden y al vandalismo. Hoy, las autoridades mismas buscan a los autores del arte urbano transgresor para sumarlos, para crear con ellos.

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