Ideas

Tiempo de cambios

Ahora que la clase política y buena parte de la población traen en la punta de la lengua la urgente necesidad de múltiples cambios en el sistema político, económico y social de nuestro país, bien vale la pena advertirles que “no por mucho madrugar, amanece más temprano”, esto es, la necesidad existe, pero los cambios no pueden, ni deben de hacerse en función de ocurrencias, ni como luego dicen: “para dar gusto a la tribuna o para dar la nota a los medios”. Cada paso debe de darse en función de un esquema de planeación participativa, para que los cambios no vayan a resultar ser más costosos que lo que se pretende enmendar.

Tras los resultados arrojados en la elección presidencial a favor de Andrés Manuel López Obrador, él y sus colaboradores están tomando providencias para que no les gane el tiempo y poder aplicar todos los cambios prometidos durante la campaña,  a sabiendas de que sólo son seis años de gestión administrativa los que permite la ley a cada Ejecutivo.

Luego entonces, pensar que la sola desconcentración de la función pública es el remedio que se requiere para que los proyectos, planes y programas funcionen de manera adecuada, es un error, pues los vicios de todo tipo se encuentran sumamente enquistados y requieren de una operación lenta y profunda, que ofrezca resultados paulatinos, pero definitivos.

Por su parte, la descentralización es un proceso vertical que transfiere sus atribuciones de manera jerárquica dentro del mismo organismo, las cuales pueden ser operadas por mandos inferiores, con independencia del lugar en que se encuentren.

La aplicación de estos cambios tiene que pasar por la aprobación de los múltiples sindicatos que defienden los intereses de sus afiliados, y aunque en primera instancia se dicen dispuestos a realizar un análisis que permita llevar a cabo los mismos, siempre y cuando se contemple cuidar los intereses de sus afiliados, ya que la desconcentración implica el movimiento y traslado de miles y miles de familias de su lugar de origen hacia otro punto de la República, con todo y lo que ello implica en cuanto a costos económicos y sociales.

APUNTE

La tarea no es sencilla, pues ante el cúmulo de situaciones que se han vivido en el último medio siglo -por no ir más para allá-, se puede afirmar que los cambios son una necesidad, no obstante, es imperativo dejar en claro que los más urgentes tienen que ver con lo que debemos hacer en el comportamiento personal, pues de ahí debe de partir todo lo demás.

El rescate de valores, el respeto al prójimo, la honestidad, entre otras acciones, están íntimamente relacionadas con el sistema, ya que éste es producto del comportamiento de las personas, dicho de otra manera, el sistema que padecemos es producto del entorno social que hemos creado.
 

Temas

Sigue navegando