Ideas

Nacimientos espectaculares y comunes

Decía Chavela Vargas que los mexicanos nacemos donde nos pega nuestra fregada gana y no sé si esa frase era suya o se la apropió por ahí, pero las frases no pertenecen a quien las hace sino a quien las necesita y yo, como les contaré, necesito modificar un poco la historia de mi natalicio, sin que haya otra razón que porque me pega la gana.

Me tocó venir a este planeta un 31 de diciembre, fecha por demás difícil, porque todo mundo anda complicado en otros temas, por lo que nadie, pero nadie, se acuerda de felicitarme y si usted se compadece, anótelo para que me felicite; ahora que, si usted se quiere transformar en benefactor, puede regalarme algo de comer, aprovechando que soy de gustos sencillos, como casi de todo, y bebo tequila blanco y no me gustan los tequilas catrines ni premium. 

Pero con todo y todo, no deja de ser un pésimo día para nacer, ya que según me contaron es el día que nacen los caballos corrientes. Verán ustedes, los caballos tienen la edad del año en que nacen, así, un caballo que nace el 1 de enero de 2022 tiene un año el primero de 2023, lo mismo que el caballo que nace el 31 de diciembre de 2022 al día siguiente, el 1 de enero de 2023, tiene un año, aunque de hecho sea un día y por eso pueden comprarse más baratos.

Pues en esos trances se hallaba mi mamá y el doctor que la atendía trabajaba en el entonces hospital del Refugio, en la risueña e histórica población de San Pedro Tlaquepaque, y por más que he tratado de poner una placa conmemorativa, no me han dejado y, vamos, para no recordarlo, ya ni hospital es. Pero mi madre, que era excelente conversadora, contaba que ese día mientras estaba en trabajo de parto, llegó una pareja de campesinos a los que les habían anunciado un parto difícil, así que la llevaron a la sala de partos y dejaron al marido en el salón donde esperaban.

Pasado un tiempo, salió una enfermera y le dijo: “fue niño y ahí viene otro”; al rato, volvió a salir la enfermera, anunciando: “Fue otro niño y ahí viene otro” y regresó a la sala. El nuevo papá, atarantado por el hecho, empezó a ponerse nervioso y cuando salió la enfermera por tercera vez a comunicar que había nacido otro niño, ya no la dejo terminar y le dijo: “está bien tres hijos. pero por favor bajen a mi mujer del nido”.

Después de ese hecho, mi nacimiento fue visto de forma poco emocionante y aunque, con mucho trabajo, mi mamá debe haberme visto, si no bonito, pasaderito. Pero ni modo que en una fiesta grite “¡Arriba el sector Libertad!”, por eso digo que soy de La Resolana, que tiene escusados de caja y donde se ensillan toros.

@enrigue_zuloaga

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