La autoevaluación de un Presidente desaprobado
Mientras que el líder de la bancada mayoritaria del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Mario Delgado, durante la instalación de la Legislatura 64 federal en la que se recibió el sexto y último informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto, consideró que el PRI entrega un país “saqueado” y “en ruinas”, ayer el Presidente saliente hizo una autoevaluación de su Gobierno totalmente contraria.
Pese a llegar con niveles insólitos de desaprobación (71% lo reprueba en las últimas encuestas), Peña Nieto aseguró ayer en el cierre de su mensaje por el Sexto Informe que entrega un país con “importantes fortalezas” como estabilidad política, social, económica y con finanzas públicas sanas.
Pese a que reconoció, como ya lo había hecho en días pasados, que no cumplió el objetivo de pacificar el país, que termina con las cifras más altas de la historia en materia de inseguridad, el tono del discurso fue para resaltar lo que desde el Gobierno ven como toda una serie de aciertos. El espacio para la autocrítica fue casi nulo.
Incluso en el tema del combate a la corrupción, que fue uno de los problemas más reclamados a su Gobierno por la población, el Presidente saliente hizo una evaluación positiva al señalar que en el sexenio que termina inició la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción.
El mensaje, de una hora y 45 minutos de duración, lo dividió en cinco grandes temas que intercaló con videos inundados de cifras, proyectados en grandes pantallas instaladas en el patio central de Palacio Nacional.
Peña Nieto inició destacando las 11 reformas estructurales que logró gracias al establecimiento del Pacto por México, suscrito el primer día de su Gobierno con el PAN y el PRD. Esas reformas, insistió, fueron los más importantes logros de su administración.
Del combate a la pobreza destacó que dos millones de mexicanos salieron de esta condición durante su administración.
En el tercer tema, que llamó “México con Educación de Calidad” defendió la Reforma Educativa que frente a él, el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, anunció que derogaría. Dijo que con la Reforma Educativa habían sembrado “la semilla” de la transformación de la educación, que apuntó entregaban con un mejor modelo, maestros más preparados y mejor infraestructura.
En el capítulo que llamó “México Próspero”, aseguró que cumplió con 97% de sus compromisos, firmados ante notario durante su campaña. Antes de la parte final de su discurso, en el tema “México con responsabilidad global”, Peña Nieto alabó el papel de los negociadores mexicanos en el acuerdo logrado la semana pasada con Estados Unidos, pese a la incertidumbre que se mantiene de si Canadá se queda o no en el Tratado de Libre Comercio.
En espera del juicio de la historia, esta fue la autoevaluación positiva de un Presidente desaprobado en las encuestas y en las urnas.
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