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La amlopedia

La amlopedia.org es un buscador de información -una especie de “Google”- en el océano de las mil 103 mañaneras encabezadas por López Obrador (hasta hoy) en poco más de cuatro años.  

El usuario escribe cualquier palabra clave, por ejemplo, “neoliberal”, y aparecen en este caso tres mil resultados en 834 videos. Sólo hay que dar clic en la etiqueta del video para ver el minuto exacto en que AMLO habló del tema.

Con sentido del humor, mientras el algoritmo “piensa”, aparecen frases amlovianas de espera como:  Combatiendo la mafia del poder, En busca de otros datos, Me canso ganso y Ejtee….

Ana García Vilchis, la encargada de la sección “Quién es quién en las mentiras de la semana”, caracterizada por la pobreza de rigor de sus hilarantes argumentos, anunció (en la mañanera) la amlopedia.  

Sin embargo, la amlopedia está desligada del Gobierno. Es obra de Magio Bustillos, un desarrollador mexicano independiente originario de Chihuahua. 

En su portafolio presume haber impulsado proyectos como un programa para generar personajes de videojuego con Inteligencia Artificial y una plataforma para informar el estado de los cruces fronterizos entre México y Estados Unidos, entre otros. En su sitio web se autodefine como “un desarrollador que le encanta resolver problemas y probar nuevas tecnologías”. 

Bustillos justifica la existencia de planes de pago de 150 y 500 pesos para usar la amlopedia con el argumento de que cuesta mantener y actualizar el sitio. Estos planes ofrecen beneficios adicionales como transcripciones y búsquedas ilimitadas (el plan gratuito sólo permite 25 búsquedas al mes). 

La Inteligencia Artificial demanda dos condiciones para su ejecución: gran capacidad para procesar datos (un celular hoy tiene más potencia que la tecnología que nos llevó a la Luna) y una ingente cantidad de información. Tantas mañaneras hacen posible esta herramienta. Si consideramos un promedio de 100 minutos por mañanera equivale a 76 días ininterrumpidos de videoconferencia. 

El desarrollador aclara que “esta es una herramienta neutral, sin afiliación política ni favoritismos”. Pero los tecnólogos e ingenieros ignoran a menudo que es el uso, no la herramienta, lo que convierte estos experimentos en dispositivos políticos. Su presentación en la mañanera confirma la apropiación discursiva de la plataforma por parte de la cuatroté. 

El Presidente ha forjado una “cosmogonía” propia. La mañanera lo ha posicionado como un maestro del relato, pero no de cualquier relato, sino uno que emplea palabras inteligibles que le hacen sentido al 60% de la población. 

Esta herramienta puede tener varios usos. Uno superficial y político, en donde se utilice para confirmar sesgos ideológicos a favor o en contra del régimen. Y otro más analítico, contextual y que permita entender los principios que guían las decisiones de un Gobierno y sus repercusiones en la realidad. 

En otras palabras, estamos ante un dispositivo valiosísimo para realizar una arqueología del aparato discursivo del principal ideólogo de la cuatroté. O ante una herramienta más para reforzar el discurso predominante de un hombre o una oposición ciclada que pretenden poseer la versión correcta de la realidad. Justamente como una “anticuada” enciclopedia hace 20 años.   

jonathan.lomelí@informador.com.mx
 

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