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Experimento fallido de Morena vs la democracia

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) cumplió su deber al desechar las impugnaciones contra el triunfo electoral del candidato del partido de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la gubernatura de Baja California, Jaime Bonilla, pero sólo para un periodo de dos años y no de los cinco que pretendía mañosamente este méxico-americano, amigo personal del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Como se sabe, hubo toda una intentona autoritaria y antidemocrática de querer ampliar el periodo de gobierno de Bonilla, mediante una reforma a todas luces ilegal que hicieron las y los diputados salientes de todos los partidos políticos, pasadas las elecciones en las que se convocó a los bajacalifornianos a elegir a un gobernador sólo por dos años, para una transición de ajuste del calendario electoral, como ocurrió anteriormente en Puebla y Veracruz.

Con la coartada de querer ahorrarle al erario de Baja California un nuevo gasto con la realización de una nueva jornada electoral en apenas dos años, Bonilla urdió todo un plan con el Congreso local saliente, aprovechando la complicidad del gobernador panista, Francisco “Kiko” Vega a cambio de impunidad, para lograr su objetivo.

Hubo incluso versiones y denuncias formales de que las y los legisladores recibieron millonarios sobornos para votar a favor las reformas de la conocida como “Ley Bonilla” que se aprobó en una sigilosa y casi secreta sesión del Congreso local fuera del Palacio Legislativo.

Todavía la nueva Legislatura, que se instaló hace un mes en Baja California, anunció que organizarían una consulta popular para saber si la mayoría validaba o no la reforma que ampliaba el periodo de gobierno, en un último intento por legitimar lo que era una flagrante violación constitucional para beneficiar a Bonilla, quien ganó una desairada elección a la que acudió sólo el 30 por ciento de los bajacalifornianos.

Hasta ayer que el TEPJF dio palo a la Ley Bonilla, el Presidente se pronunció por el respeto a la Ley en Baja California, pero a lo largo del conflicto la ausencia de un pronunciamiento contundente que dejara claro que estaba en desacuerdo con ese atentado contra la vida democrática del País, hizo aparecer a López Obrador como interesado en ver qué pasaba con su amigo el gobernador electo de Baja California, lo que fortaleció las versiones que veían en este episodio un experimento para medir las posibilidades reeleccionistas a futuro.

Aunque el TEPJF cerró el paso a esta tentación autoritaria y preservó el orden republicano, este experimento de Morena contra la democracia, que afortunadamente fue fallido, dejó en entredicho la vocación democrática y la reputación del futuro gobernador de Baja California y de Morena, el partido del Presidente.

jbarrera4r@gmail.com

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