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Usos actuales y futuros de las Cybertrucks

¿Para qué sirve una Cibertruck? Aunque supuestamente está diseñada para el trabajo, sea en el campo o en la ciudad, para lo que realmente sirven estos armatrostes es para apantallar tontos.

El modelo de trabajo de la marca Tesla es quizá, junto con el Aztek -un modelo que Pontiac desarrolló en los años noventa- el auto más feo del mundo. Feo, con f de foco, pero, justamente, como tiene muchos foquitos, pues apantalla.

El Gobierno de Jalisco compró tres de éstas para convertirlas en patrullas y dar la imagen de modernidad en el combate a la inseguridad. No hemos sido capaces de echar a andar un sistema de videovigilancia para la Zona Metropolitana en diez años, pero tenemos las patrullas más perronas. No las tienen ni Obama, diría el poeta de Macuspana.

De acuerdo con los estrategas de imagen del Gobierno de Jalisco, las Cybertruks tienen la misión de cambiar la conversación sobre la seguridad en el Estado. En teoría, después de las patrullas Tesla ya nadie hablaría de Rancho Izaguirre y los campos de exterminio y todos estaríamos felices comentando lo moderno del “parque vehicular” (así se dice flotilla en burocratañol) de nuestra policía.

Las patrullas Tesla no sirven para perseguir delincuentes, sálvenos Dios de semejante salvajada, las van a ensuciar. Su verdadero fin, ya lo dijimos, es cambiar la percepción, y para ello están estacionadas en el Centro. Eso sí, si un delincuente pasa por enfrente de ellas está autorizado su uso para perseguirlo durante dos cuadras y disuadirlo de cometer fechorías.

Como los policías son humanos, eso lo sabemos todos, es imposible que vean una tele y no se les ofrezca peli. El tamaño de la pantalla, ya lo vimos, es tentador. Además, si los ciudadanos ven a los policías viendo la serie de Chespirito, seguramente su deducción lógica será que el Estado de Jalisco es tan seguro que ya les pusimos teles a las patrullas para que los cuicos no se aburran. Recuerden que lo que queremos es trasmitir una imagen de que la seguridad es tan buena como la de Oslo, y por lo tanto los policías tienen que fingir que aquí tampoco hay delitos (eso, hay que reconocerlo, lo hacen muy bien).

Si ya los vamos a poner a ver tele para tranquilizar a los ciudadanos lo mejor será que vean la serie “CSI” (Investigación de la Escena del Crimen, en español). A lo mejor aprenden algo de método científico, no para aplicarlo en su trabajo, pues ya quedamos que la seguridad ya no es problema, sino para su vida cotidiana. No sería tampoco mala idea ponerles el canal del Congreso en las pantallas de las modernísimas patrullas, para que se vayan familiarizando con la delincuencia. 

Sin embargo, el mejor uso que podemos dar a las patrullas Tesla, aprovechando su espantoso diseño, es convertirlas en enormes raspadoras de hielo para hacer raspados estilo parque Morelos. De cara al mundial, tener el récord Guinness del raspado más grande del mundo y hacerlo con lo que fueron patrullas, cambiará radicalmente la percepción de inseguridad y la conversación. 

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