* “Filosofía Chiva”
¿Alguien se acuerda todavía de la “Filosofía Chiva”…?
El sábado, a la salida del estadio, mientras los aficionados festejaban que la seguidilla de pobres y hasta vergonzosos resultados del Guadalajara en el Torneo de Clausura se rompiera, cortando la racha de 12 victorias consecutivas del León, nada menos, ¿hubo alguno que se abstuviera de celebrar esa victoria -considerada mayoritariamente, a priori, “misión imposible”-, o, peor aún, que reprochara a Tomás Boy los medios tácticos utilizados para conseguirla…?
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La “Filosofía Chiva” fue el discurso al que se suscribió, hace 10 años, algún dirigente del Guadalajara, para cesar a Raúl Arias, escandalizado porque éste, fiel a su fama de técnico “defensivo”, se suscribía primordialmente al procedimiento de buscar resultados a base de reducir riesgos, intentar neutralizar las fortalezas del adversario y aplicarse a destruir su planteamiento habitual.
Es decir, lo que hacía Arpad Fékete en el inicio de la era del “Campeonísimo”. O lo que anticipó en sus declaraciones e hizo efectivo Tomás Boy -merced a la disciplina táctica de sus jugadores- el sábado pasado ante el León.
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Suele decirse que “el fin justifica los medios”. Ni Arias, ni Fékete, en sus ciclos al frente de los rayados, ni Boy, el sábado, hicieron nada reñido con la ética deportiva, ni violatorio de los reglamentos.
Consciente de que enfrentaba a un rival notoriamente superior, Tomás dio la consigna de cerrar espacios atrás -“atravesar el camión debajo del larguero”-… y cazar alguna oportunidad de ir al frente y hacer daño, en el entendido de que quizás esa oportunidad no se presentara.
Se presentó el balón, caído del cielo, que Pulido puso en los pies de Pérez, y el remate que, por descompuesto, burló a Cota. Se presentó, tras el empate transitorio -y amenazante- del León, el contragolpe de Pulido; la barrida de un defensa por detrás, en el área, y la ejecución -heterodoxa, grotesca incluso- del mismo Pulido… Después, a amontonar aún más piernas -las de Pereira, por ejemplo- en el área propia.
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Nada que pudieran recriminar a Boy los actuales seguidores del “Rebaño”, eufóricos testigos de la sorpresa de la jornada… y de lo que va del campeonato. Nada que no se hubiera visto, como ya se apuntó, cuando los métodos de Fékete -cuestionados por sus propios jugadores- fructificaron en títulos, en la era de mayor gloria del equipo más popular de México.
Así que…