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Willem Dafoe presentó la película "At Eternity´s Gate" en el FICV

La cinta “At Eternity’s Gate” lanza una mirada sobre los meses finales de la vida del atormentado artista holandés 

Willem Dafoe es un actor de prestigio que, sin embargo, ha recibido pocos premios. Pero su interpretación de Vicent van Gogh en un filme de Julian Schnabel presentado ayer en Venecia le pone entre los favoritos para llevarse la Copa Volpi de esta edición.

La crítica señala que su trabajo es una precisa interpretación que hasta hace olvidar que el actor tiene 63 años en “At Eternity’s Gate”, filme que compite por el León de Oro y recrea las últimas semanas de vida del artista, que murió cuando tenía 37.

“At Eternity’s Gate” sigue a Van Gogh cuando se traslada de París a Arles en busca de la luz, se instala en la famosa habitación amarilla y acaba cortándose la oreja para regalársela a su amigo Paul Gauguin (Oscar Isaac en el filme).

Es en ese periodo cuando el pintor holandés empieza a ser consciente de que tiene problemas mentales, algo que en la película está tratado con imágenes en blanco y negro y con escenas medio desenfocadas.

Una historia sacada principalmente de las cartas que Van Gogh escribió, sobre todo a su hermano Theo, pero también a otros artistas, como Gauguin.

Textos que reflejan que Van Gogh “estaba absolutamente lúcido” en esa última etapa de su vida, en Arles (Sur de Francia) y en Auvers-sur-Oise (cerca de París).

También Dafoe leyó las cartas para preparar su personaje y considera que Van Gogh fue “absolutamente inspirador y lúcido sobre lo que hablaba”, lo que le ayudó mucho en su trabajo.

El reto: Pintar

Dafoe reconoce que lo más complicado de la cinta fueron aquellos instantes cuando tenía que mostrar las dificultades de compartir con los demás las visiones que tenía, pero sobre todo pintar.

“Conozco a Julian desde hace casi 30 años, he trabajado con él, he estado con él cuando trabaja en el estudio, y me gusta cómo hace las cosas. Y sabía que iba a tener que pintar en la película”, explicó Dafoe.

El realizador le enseñó nociones de pintura y cómo mover la mano, los gestos necesarios que fueron la clave para entender además la profunda relación que Van Gogh tenía con la naturaleza.

Un artista que no fue entendido en vida, que la película muestra como un hombre muy religioso, un poco obsesionado por su amistad con Gauguin y que tenía que ser interpretado por Dafoe, único actor al que Schnabel veía en el papel.

“Nunca pensé en nadie más para interpretar a Vincent Van Gogh, siempre pensé en él para hacerlo, tiene la vida interior y la profundidad necesaria y es un actor muy físico”, dijo el director, que afirmó que tenerle para hacer el papel fue “lo mejor” que le podía pasar.

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