Cultura

Arquitectura desde el lado humano

El arquitecto Francisco González Pulido nos habla de los proyectos que lo han llevado a ser reconocido en todo el mundo; una carrera que tras 20 años de ausencia en México, verá nacer la nueva casa beisbolera de los Diablos Rojos

Más allá de la funcionalidad y perfección que la arquitectura debe tener, para Francisco González Pulido las emociones que un muro es capaz de generar y albergar durante décadas es una de las principales satisfacciones que ha encontrado en esta carrera que, prácticamente, lo ha llevado a desarrollar destacados proyectos por todo el mundo.

La carrera de Francisco como arquitecto se nutre de muchas distinciones y retos que lo posicionan como uno de los profesionales mexicanos más importantes en este ámbito. Aeropuertos, torres, casas, sinfín de edificaciones en Tokio, Shanghái, Brasil y Qatar, por ejemplo, han nacido del ingenio de Francisco, pero ahora el llamado “infierno rojo” es el proyecto que lo tiene con la mira nuevamente en la patria -tras 20 años de ausencia- que lo vio nacer, con la certeza de que la nueva casa de los beisboleros Diablos Rojos será un parteaguas en la vida deportiva y familiar de México.

“Es mi primer proyecto grande en México y regresar con este calibre, magnitud e impacto que tendrá en lo cultural, social, urbano y económico es increíble. Tratamos de hacer algo que no se había hecho en México (…) imagino el impacto que tendrá en las personas que asistan a los juegos, estoy seguro que aquí se influirá en muchos niños que querrán jugar beisbol, sumarse a esta historia que es una forma de hablar de México, el edificio tiene esa narrativa”.

En China. El arquitecto mexicano también tiene presencia en Asia desarrollando diversos proyectos. CORTESÍA / FGP ATELIER

Los días pasan lento en el calendario de Francisco y desde Chicago comparte la travesía de los cinco años que experimentó para ver la inauguración -el 23 de marzo, contra los prospectos de los San Diego Padres, para luego debutar el 5 de abril en la Temporada 2019 de la Liga Mexicana de Beisbol contra los Tigres de Quintana Roo- de este estadio situado en Ciudad de México (en Av. Río de la Piedad y Av. Río Churubusco S/N, Col. Granjas México, Delegación Iztacalco) y en el que este arquitecto tuvo la encomienda no solo de crear un coloso deportivo de calidad mundial, pues estructurar todo un complejo de convivencia para las familias fue una consigna que tuvo presente desde día uno en que comenzó a concebirlo y diseñarlo desde octubre de 2014 en coordinación con el arquitecto Alonso de Garay.

“No queríamos hacer un contenedor de un estadio cualquiera, queríamos una edificación que cuando estés ahí puedas ver a la Ciudad de México, que realmente te sientas ahí. Un estadio es la oportunidad de ver a la ciudad en 360 grados, eso crea una conexión entre la ciudad, el entorno y el visitante de manera extraordinaria”.

El arquitecto destaca que el corazón del nuevo estadio recae en dos esculturas especiales que rinden homenaje a las 10 mil personas que participaron en la concepción y construcción de este coloso, desde el personal de aseo hasta el empresario Alfredo Harp Helú, líder del proyecto y dueño de los Diablos Rojos, cuyo estadio lleva su nombre.

Creador. El arquitecto regresa a nuestro país con su proyecto más grande. Se trata de la construcción de un estadio que busca impactar más allá de lo deportivo y que será inaugurado el próximo 23 de marzo. CORTESÍA / FGP ATELIER

Sin paciencia no hay nada

No importa que el proyecto sea exageradamente perfecto ni que se tenga todo el presupuesto para edificar los muros más glamorosos e impactantes del mundo, si un arquitecto no es capaz de dominar a la paciencia, el proyecto puede perder su esencia y objetivo primordial.

“Es algo que tienes que asumir, principalmente en proyectos de gran escala. Tengo 22 años trabajando en proyectos muy grandes y uno fue el aeropuerto de Bangkok, Tailandia, y cuando lo empezamos a concebir fue en 1995 y lo terminamos en 2009. En esperas así pasan muchas cosas a la par en tu vida, te casas, tienes hijos, te cambias de casa, pero el proyecto sigue ahí. La paciencia es mayor, pero el compromiso debe ser más”.

Francisco González Pulido tiene una visión clara sobre lo que debe representar la arquitectura y el compromiso que el arquitecto debe tener no solo con los inversionistas o desarrolladores de un proyecto, pues antes que cualquier cosa se debe pensar en quienes realmente habitarán y convivirán con ese edificio o casa y dejar atrás esa idea de “rockstar” que en los últimos años ha cautivado más a los profesionales de la arquitectura.

“A veces en la arquitectura existe la cultura e imagen de la consolidación del arquitecto estrella, vemos muchas obras que son demasiado biográficas, de alguna manera todos los proyectos lo son y cuentan quién es el arquitecto y cómo ve el mundo, pero la sociedad debe ir enfrente antes de ponerte tú como arquitecto, es cuando el proyecto toma un rol secundario y el contexto es el que se vuelve relevante. Al final tú te vas y quedan tus decisiones e intenciones, pero llegará gente a experimentar eso que dejaste, uno no puede predecir el impacto que generará tu trabajo”.

Lo que viene

  • Renovación/restauración del edificio de rectoría (de los años 50) del Tec de Monterrey en Monterrey, Nuevo León.
  • En proceso un laboratorio de nanotecnología en México.
  • Torre “La escalera del conocimiento” de 320 metros de altura y otra torre de 400 metros de altura, en China.

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