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Primer Domingo de Adviento
Llegó el Salvador para iniciar entre los hombres su obra redentora en la humilde historia de un niño nacido en un portal de ganado, en un pueblo pequeño
LA PALABRA DE DIOS
PRIMERA LECTURA
Lectura del Libro de Jeremías (33,14-16):
“En aquellos días y en aquella hora suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra”
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,12–4,2):
“Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos”.
EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (21,25-28.34-36):
“Verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad”.
GUADALAJARA, JALISCO (29/NOV/2015).- Hoy empieza un nuevo año de la Iglesia. El destino del hombre es sobrenatural. Llegó el Salvador para iniciar entre los hombres su obra redentora en la humilde historia de un niño nacido en un portal de ganado, en un pueblo pequeño, tan pequeño como para ni siquiera aparecer en las cartas geográficas, y en un país tan pequeño como una de tantas provincias dominadas por las legiones del emperador romano.
Al recordar tan gran acontecimiento, los hombres cada año cantan y saltan de alegría, porque desde hace 21 siglos ya gozan de una realidad, la misma que fue promesa por siglos.
Cada año el pueblo cristiano se renueva en la fe por la misteriosa presencia del Dios y hombre; se goza en la esperanza porque no solo Él es portador de la vida: Él mismo es la vida, y arde el fuego del amor, porque su llegada fue la llegada del amor. Para celebrar esa gozosa llegada, la Iglesia, pueblo de Dios, se prepara y propone limpiar y adornar el camino, en sentido espiritual, purificar los corazones e iluminar las voluntades y así a nadie encuentre desprevenido su venida de ahora en el tiempo.
“Aviva Señor en tus fieles el deseo de prepararnos a la venida de Cristo con la práctica de las obras de misericordia”. Así con estas palabras ora la Iglesia en este primer Domingo de Adviento, tiempo de preparación. Pero que se aviva el deseo de prepararse. El espíritu se aviva en el amor, y el amor se alimenta en el servicio, en dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar al enfermo, visitar al encarcelado, consolar al triste, escuchar al que quiere ser escuchado, perdonar y mil maneras de tener paciencia en una tumultuosa ciudad como la nuestra, en donde todos quieren ser los primeros si van al volante y están prontos a la ofensa. El mes de diciembre es tiempo oportuno para practicar como obra grata a Dios, la paciencia, y eso cada día. El adviento es para que la Navidad encuentre a los creyentes más virtuosos, con fe ardiente, con esperanza, con justicia y adornados después de la justicia, con buenas obras. Hay que levantar la cabeza y mirar más allá de la crisis económica, del pesimismo, de las malas noticias, de todo eso.
Y tú, ¿te atreves a llevar la luz?
El día de hoy domingo comenzamos dentro de nuestra liturgia a celebrar el tiempo de Adviento. Te proponemos tomarte este tiempo como un momento para dejarse encontrar por Dios. Sí, es verdad, el Adviento es un camino... pero en el que sabemos que Dios ya ha dado el primer paso y que correrá a nuestro encuentro en cuanto vea de nosotros un tímido balanceo de nuestro cuerpo.
El cristiano debe esperar la segunda venida de su Señor perseverando en la oración, y evitando que su corazón se endurezca con todo tipo de vicios y preocupaciones de la vida. En este contexto es que Lucas escribe el Evangelio analizado el día de hoy utilizando estas imágenes. Describe el regreso glorioso de Jesús, al final del tiempo. Diversas señales habrán que predecir este acontecimiento, pero, al igual que en el pasaje anterior, estos textos no tienen la finalidad de someter al hombre al medio servil. Tampoco fueron escritos para que algunos los usaran con intenciones torcidas, pretendiendo incluso tener en la mano la fecha de este acontecimiento y engañar a los incautos.
A nuestro mundo, le faltan muchas cosas... ¿pero no le faltará mucho de Dios? Este adviento te proponemos caminar de la mano de personas que han sido luz para nosotros: José, María, Juan Bautista, los profetas, ellos supieron interpretar lo que Dios quería, lo que Dios estaba soñando para sus vidas y arriesgarse a dar el primer paso. Ellos también son reflejo de algunos valores: entrega, oblación, confianza, reparación, profecía. El Adviento es decir “vamos hacia el que viene” se nos propone como un tiempo para asumir que somos luz, que tenemos que reflejar en nuestras vidas la luz de Dios, de Jesús, que somos los encargados de iluminar nuestras calles. Y no, no nos referimos precisamente a las luces de Navidad, bonitas, ciertamente, pero artificiales al fin y al cabo. Tenemos la tarea de vencer la noche. ¿Te atreves?
PRIMERA LECTURA
Lectura del Libro de Jeremías (33,14-16):
“En aquellos días y en aquella hora suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra”
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,12–4,2):
“Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos”.
EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (21,25-28.34-36):
“Verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad”.
GUADALAJARA, JALISCO (29/NOV/2015).- Hoy empieza un nuevo año de la Iglesia. El destino del hombre es sobrenatural. Llegó el Salvador para iniciar entre los hombres su obra redentora en la humilde historia de un niño nacido en un portal de ganado, en un pueblo pequeño, tan pequeño como para ni siquiera aparecer en las cartas geográficas, y en un país tan pequeño como una de tantas provincias dominadas por las legiones del emperador romano.
Al recordar tan gran acontecimiento, los hombres cada año cantan y saltan de alegría, porque desde hace 21 siglos ya gozan de una realidad, la misma que fue promesa por siglos.
Cada año el pueblo cristiano se renueva en la fe por la misteriosa presencia del Dios y hombre; se goza en la esperanza porque no solo Él es portador de la vida: Él mismo es la vida, y arde el fuego del amor, porque su llegada fue la llegada del amor. Para celebrar esa gozosa llegada, la Iglesia, pueblo de Dios, se prepara y propone limpiar y adornar el camino, en sentido espiritual, purificar los corazones e iluminar las voluntades y así a nadie encuentre desprevenido su venida de ahora en el tiempo.
“Aviva Señor en tus fieles el deseo de prepararnos a la venida de Cristo con la práctica de las obras de misericordia”. Así con estas palabras ora la Iglesia en este primer Domingo de Adviento, tiempo de preparación. Pero que se aviva el deseo de prepararse. El espíritu se aviva en el amor, y el amor se alimenta en el servicio, en dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar al enfermo, visitar al encarcelado, consolar al triste, escuchar al que quiere ser escuchado, perdonar y mil maneras de tener paciencia en una tumultuosa ciudad como la nuestra, en donde todos quieren ser los primeros si van al volante y están prontos a la ofensa. El mes de diciembre es tiempo oportuno para practicar como obra grata a Dios, la paciencia, y eso cada día. El adviento es para que la Navidad encuentre a los creyentes más virtuosos, con fe ardiente, con esperanza, con justicia y adornados después de la justicia, con buenas obras. Hay que levantar la cabeza y mirar más allá de la crisis económica, del pesimismo, de las malas noticias, de todo eso.
Y tú, ¿te atreves a llevar la luz?
El día de hoy domingo comenzamos dentro de nuestra liturgia a celebrar el tiempo de Adviento. Te proponemos tomarte este tiempo como un momento para dejarse encontrar por Dios. Sí, es verdad, el Adviento es un camino... pero en el que sabemos que Dios ya ha dado el primer paso y que correrá a nuestro encuentro en cuanto vea de nosotros un tímido balanceo de nuestro cuerpo.
El cristiano debe esperar la segunda venida de su Señor perseverando en la oración, y evitando que su corazón se endurezca con todo tipo de vicios y preocupaciones de la vida. En este contexto es que Lucas escribe el Evangelio analizado el día de hoy utilizando estas imágenes. Describe el regreso glorioso de Jesús, al final del tiempo. Diversas señales habrán que predecir este acontecimiento, pero, al igual que en el pasaje anterior, estos textos no tienen la finalidad de someter al hombre al medio servil. Tampoco fueron escritos para que algunos los usaran con intenciones torcidas, pretendiendo incluso tener en la mano la fecha de este acontecimiento y engañar a los incautos.
A nuestro mundo, le faltan muchas cosas... ¿pero no le faltará mucho de Dios? Este adviento te proponemos caminar de la mano de personas que han sido luz para nosotros: José, María, Juan Bautista, los profetas, ellos supieron interpretar lo que Dios quería, lo que Dios estaba soñando para sus vidas y arriesgarse a dar el primer paso. Ellos también son reflejo de algunos valores: entrega, oblación, confianza, reparación, profecía. El Adviento es decir “vamos hacia el que viene” se nos propone como un tiempo para asumir que somos luz, que tenemos que reflejar en nuestras vidas la luz de Dios, de Jesús, que somos los encargados de iluminar nuestras calles. Y no, no nos referimos precisamente a las luces de Navidad, bonitas, ciertamente, pero artificiales al fin y al cabo. Tenemos la tarea de vencer la noche. ¿Te atreves?