La otra parte de la obesidad

Ahora resulta que además de mal nutridos y obesos, los mexicanos somos flojos. El calificativo fue dado porque la población de México ocupa su escaso tiempo de ocio viendo televisión y no realizando alguna actividad física, como ocurre en Finlandia, España y otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Una afirmación absolutamente cierta, pero que pone el peso de la responsabilidad sobre cada individuo, como si esa condición —la falta de actividad física y la mala alimentación— fuera una elección hecha por los mexicanos y no una respuesta de sobrevivencia a la situación en la que atrapados, parecen no tener salida.

Porque de acuerdo con cifras recientes, nos hemos convertido en el país de la OCDE con más sobrepeso. Además, como lo explicó Felipe Calderón, “también somos el país que tiene el mayor número de muertes a causa de la diabetes, de entre los países de esta organización”. Pero esta condición no ha sido una elección hecha por la población. Las tiendas que existen dentro de las escuelas, y que han sido pingües negocios, tienen un peso fuerte en la resultante, además de la ambigua o nula normatividad —con la complicidad de muchas autoridades— sobre la regulación de alimentos.

En cuanto al ocio…el asunto es aún más oscuro, pues una cosa es el tiempo libre de una población como Francia, Irlanda o Suecia, y una muy otra es el tiempo libre de un país por desempleo… depresión galopante que, provocada, no deja al individuo con posibilidad de querer nada más que, precisamente, lo que no encuentra: empleo.

Y cuando los mexicanos tienen trabajo, lo tienen en cantidades —y horario— más allá de lo humano: dobles jornadas, empleos con más de una hora de traslado, horas extra para salir adelante… Todo lo que deja a este grupo poblacional extenuado y con tan escasa energía que sólo la televisión es paliativo… mucho más por los horarios que en estas condiciones se tienen libres.

Pero está la otra parte, la que no se dice… la de un sistema que en México no crea las condiciones ni para una buena alimentación, ni para un buen uso del ocio; porque en China hay una estricta regulación de los alimentos que les llegan a los niños y adolescentes, y hay programas cotidianos de ejercicio en todos y cada uno de los parques y las plazas públicas. Porque en España hay campos de golf municipales donde el único pago es el equipo de cada persona.

Y, entonces, quizá, sólo quizá, en su siguiente reporte Society at a Glance, la OCDE deba poner un parámetro de medición para el trabajo de los sistemas gubernamentales… esas acciones que en México, este sexenio, no ha realizado, ni en las escuelas.

POR LOURDES BUENO
Correo electrónico: lourdesbueno03@yahoo.com.mx

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