Para combatir los ácaros de la roya, podemos hablar del éxito que se alcanza con aspersiones o polvorizaciones hechas temprano y utilizando azufre. El tratamiento tiene que ser repetido frecuentemente para permitir que se forme una capa delgada de azufre sobre todas las partes del árbol, especialmente en las ramas superiores durante todo el periodo de la fructificación.
Hay tratamientos que se hacen con ácido cianhídrico gaseoso, pero, este producto de positivos resultados contra los ácaros, sólo es recomendable en grandes poblaciones o sea, huertas mayores.
Es muy importante evitar hacer aplicaciones frecuentes a base de cobre en las plantaciones de los cítricos, susceptibles a los ataques por los ácaros de la roya, ya que fomentan la infestación de esta plaga, debido al estado alcalino del producto.
Moscas blancas (mosquitas)
Encontramos dos variedades de este insecto succionador, a cual más de agresivo de los cultivos que atacan; aquí describimos al enemigo de los cítricos: Aleyrodidae, Homóptera, Rhynchota.
Aparte de las arañuelas y las cochinillas, las moscas blancas constituyen una de las plagas más importantes de los cítricos; los insectos aparecen en cualquier parte del mundo en donde se cultivan cítricos; así pues, vamos directo a los...
Síntomas
Debido a las actividades chupadoras de los insectos aparecen primeramente manchas en forma de puntos, sobre todo, en las hojas jóvenes y con mucha frecuencia están acompañados por “desfiguraciones”. En muchos casos pueden observarse depósitos en forma de escamas. Un efecto posterior es la acumulación de una masa pegajosa conocida como rocío dulce (entre nosotros vernáculamente se menciona como mielecilla) en las partes dañadas de la planta. Más tarde, dicha masa es poblada por hongos, especialmente Capnodium cítri, que luego forma un moho negro. Este tipo de daño puede observarse sobre el follaje suculento y exuberante, en los tallos jugosos, en la parte de sombra de los árboles y en el envés de las hojas.
Causa
Dicho daño es causado por las moscas blancas Aleyrodidae, como habíamos dejado asentado. Los adultos tienen la apariencia de pequeñas mariposas blancas o de pequeñas moscas blancas. Mientras que las larvas jóvenes son bastante móviles, las mayores se pegan en las hojas, especialmente en el envés de las mismas, y ahí se quedan inmóviles chupando. Al mirarlos en forma superficial, tienen cierta semejanza con las cochinillas. De ahí que los agrónomos tengamos que hacer inspecciones de la huerta, caminando hilera por hilera y observando cada uno de los árboles, para detectar la intensidad y severidad del ataque y, una vez el diagnóstico hecho evaluar si es costeable o no la aplicación del producto insecticida; la base de lo anterior es un porcentaje calculado en el árbol y la huerta en general.
Hábitos
Las moscas ponen sus huevecillos sobre las hojas jóvenes de los cítricos. Las larvas que salen de éstos chupan sobre las hojas y causan gran daño. En nuestra ecología es muy común su presencia en primavera y verano. Tienen una excreción considerable de gotas de rocío dulce en donde aparecen hongos del moho negro.
Para su identificación los huevecillos son de color claro y se confunden a veces con los de los ácaros de la roya; se depositan en grandes cantidades sobre el envés de las hojas jóvenes (la detección de estos huevecillos importa a la economía misma del cultivo y, naturalmente al bolsillo del inversionista cuando se trata de definir el producto a utilizarse; pues en un caso se utiliza insecticida, en el otro se utiliza específicamente un insecticida de acción acaricida especialmente). La hembra puede poner dentro de un periodo de cuatro días, en promedio, de 150 a 200 huevecillos. En una sola hoja pudiéramos contar hasta 20 mil inclusive.
Medios de lucha
La lucha biológica en la que el número grande de enemigos naturales de las moscas blancas ha venido causando una destrucción considerable de estas plagas, debemos considerarlo como éxito muy a pesar del uso limitado del concepto.
Aparte de los medios de lucha biológica también se pueden aplicar con éxito las sustancias químicas. En el caso de una infestación ligera los pesticidas con emulsión de aceite mineral pueden resultar beneficiosas, debemos poner en claro que, productos como el Parathion que son bastante efectivos contra las larvas, han tenido menos resultado contra los huevos y las ninfas; estas últimas, un estadio en el desarrollo biológico del insecto.
Sugerimos que para el combate de la mosca blanca dentro de las instalaciones cubiertas, los equipos de aspersión sean de rociado fino y que las dosis sean de ultra bajo volumen.
Generalmente en épocas de intenso calor como la que se está viviendo en la presente, aparecen los cóccidos y cochinillas algodonosas; cierto que a la fecha se tienen detectadas 100 especies de los insectos arriba descritos, como plagas de suma importancia en el cultivo de los cítricos. Tales enemigos del citricultor están distribuidos por todo el mundo así que se encuentran en todas las regiones donde se cultivan los cítricos.
Síntomas
Las hojas, ramillas, ramas y los frutos presentan daños causados por succión en asociación con depósitos en forma de escudos o sedosos más o menos característicos, según sea la frecuencia de la observación y la familiaridad con el insecto. Al mismo tiempo se desarrollan síntomas adicionales tales como la formación de proliferaciones de colores claros, deformaciones o decoloraciones sencillas, junto con el retardo en la floración, defoliación o la caída prematura de los frutos. En las partes infestadas de la planta se acumula el rocío dulce, invadido más tarde por hongos por ejemplo. Capnodium cítri que forman un moho negro vulgarmente conocido por negrina. Es muy común para el ojo observador lo grave del asunto en los arbolillos cítricos citadinos.
Causa
Los síntomas arriba mencionados son causados pues por numerosas especies de cóccidos y cochinillas algodonosas. Estos insectos con partes bucales para chupar, pican el tejido de la planta y producen una pequeña herida apenas visible que frecuentemente sirve de entrada para parásitos secundarios. Para satisfacer sus necesidades de proteína, empiezan a chupar grandes cantidades de la sabia de la planta, excretando sustancias que contienen carbohidratos o sea el rocío dulce. Además, se tiene comprobado que varias especies son vectoras o acarreadoras de virus.
Las larvas jóvenes de la mayoría de las especies de los cóccidos y cochinillas algodonosas prefieren lugares en la sombra del lado norte o noreste de los árboles cítricos porque la exposición directa al sol y vientos fuertes afectan en forma negativa el desarrollo de dichos insectos. En esta situación es en donde tiene su importancia económica la poda de clareo, que por fortuna, podemos hacer en toda época del año. Aparte del daño causado por la succión de la sabia, la saliva introducida en la herida durante la actividad chupadora intensifica la respiración de la planta.
Debido a que la mayoría de las especies de cóccidos y cochinillas algodonosas segregan cantidades relativamente grandes de rocío dulce, fomentan el desarrollo de los hongos de la negrilla. Lógicamenta el área de asimilación de la hoja se reduce y la actividad de la misma empeora.
Este grupo de insectos es el más especializado de los homópteros con un alto grado de dimorfismo sexual. La hembra es bastante tosca, siempre áptera con segmentación indistinta y muchas veces tiene cubiertas protectoras en forma de escamas: cera, laca u otras excreciones. Sus patas y antenas generalmente están atrofiadas. Es interesante que el citricultor se familiarice con términos como “escamas” y “querosis”.
El macho, contrario a la hembra, tiene un cuerpo distintamente segmentado con patas y antenas normalmente desarrolladas. Por lo general es díptero (este término aparece descrito en la etiqueta de venta del producto insecticida especifico) y rara vez áptero. Su boca, sin embargo, es muy atrofiada de tal forma que no puede actuar como plaga de las plantas; por ello cuando nuestros amigos agricultores lean el término díptero, éste señala la hembra que es pues la peligrosa, dado el número de huevecillos que puede depositar.
La mayoría de estos insectos son sumamente polífagos y sólo rara vez invaden loa árboles cítricos sin causar daño de importancia económica.
Se sugiere que las aplicaciones asperjadas se hagan con intermedio de cinco, nueve a 12 días, con el objetivo de romper estadios o etapas generacionales
ROBERTO SIERRA B. / Ingeniero agrónomo, asesor y consultor.
Correo electrónico: ing.sierra@yahoo.com