La tarea de enseñar es también una oportunidad para los medios de comunicación.
Quitémonos de la mente la idea de que es sólo en las aulas de clase o en los libros, donde las nuevas generaciones se forman.
Hoy en día es evidente que los instrumentos más poderosos son la televisión y el internet.
Si tan sólo me permiten soñar un momento, me imagino programas muy innovadores y llenos de creatividad, pero altamente culturales, donde se trasmitan los verdaderos valores que infundan carácter y personalidad a los espectadores. Que inviten a reflexionar, a estimular la actividad creativa y a pensar.
Qué lejos estamos de una televisión así, qué poco esfuerzo creativo se realiza para inducir al mundo a querer saber más en vez de entretener y divertir con espectáculos y deportes.
Al menos internet destaca porque día a día hay innovaciones, miles de personas en el mundo plasman sus ideas y propuestas en diversas páginas que sí contribuyen a una mayor cultura.
Ya comienzan a ganar más tiempo de atención entre los usuarios los ciberespacios que la propia televisión, pues incluso ya son muchos los canales que también se ven por este medio.
Estamos ante una revolución que crece a pasos agigantados.
Y los temas culturales cobran una nueva dimensión dentro de las opciones ya buscadas por los jóvenes.
Tenemos que hacer de los medios de comunicación un vehículo más poderoso y directo para reducir el rezago que se tiene en educación.
La brecha digital que hace más honda la marginación y exclusión de los que menos tienen no se puede quedar en un descuido más.
La televisión debe cumplir con su tarea cultural.
Ya basta de tanta basura y chatarra, si estamos viendo que los mexicanos crecemos en obesidad y en enfermedades por una mala alimentación.
De igual manera sucede con la poca calidad de los contenidos que se trasmiten en los diversos medios. Seguimos alimentando la ignorancia y el vacío cultural.
Ciertamente hay más canales de televisión y sólo unos cuantos son rescatables. Incluso algunos de ellos merecen aplausos, a pesar de que también pueden mejorar.
Es una prueba de que la gente sí está necesitando más cultura. Más información y más calidad en los contenidos.
Los medios de comunicación modernos penetran hasta la intimidad del hogar y de la mente. Es una oportunidad para infiltrar conocimientos útiles e impedir que se siga inundando el cerebro con fútiles diversiones y endémicos espectáculos que atarantan la conciencia de los espectadores.
No se trata de evadirnos de la realidad con chismes, intrigas y conflictos de telenovelas.
Queremos dar el mejor uso a los más importantes medios de comunicación. Tenemos que exigir más calidad. Los medios son también para educar.
GUILLERMO DELLAMARY / Filósofo y psicólogo.