México

Los efectos del alcohol

MVS dice que Aristegui violentó el código de ética, pero no específica cuál fue la violación ni qué precepto fue transgredido

No me gusta el estilo de conducción de Carmen Aristegui. Abusa de las frases subordinadas y se regodea con elementos retóricos que, ella supone, refuerzan la idea principal.

Sin embargo, reconozco que su salida nos da la oportunidad de darle dos vueltas a los motivos públicos por los que los propietarios de MVS decidieron su salida y a la idea de libertad de expresión que tenemos.

MVS dice que Aristegui violentó el código de ética, pero no específica cuál fue la violación ni qué precepto fue transgredido, por lo que deja a las redes la tarea de cubrir ese vacío: todos suponen que es por haber dado espacio a la noticia de la manta que pusieron los senadores acusando de briago al Presidente de la República.

Otros suponen que es porque retomó el hecho y lanzó el reto a la institución presidencial para que respondiera ante esa acusación.

Da igual. Puede ser por eso o porque no ofreció disculpas o porque la relación ya estaba rota, pero la explicación pública es desastrosa pues la periodista no alcanzó a darle fuerza de hecho a un rumor. Lo que no está muy claro es si se metió con la vida privada de un funcionario.

El despido de la periodista nos da la oportunidad de debatir este último punto, que en realidad es un espacio chicloso, lleno de prejuicios y aristas morales. La propia Aristegui tomó partido al justificar su planteamiento con la consabida fórmula de que lo que afecta al Gobierno deja de ser privado. Pero ese detalle, que quizá para ella estaba clarísimo, no es tan nítido.

A ver, ¿deben o no deben de saber los mexicanos si el que toma decisiones también toma por las tardes? ¿Es relevante?

La respuesta no puede ser afirmativa ni negativa de inmediato, el hecho tiene que afectar decididamente al Gobierno para que sea relevante y amerite una respuesta.
Pero imagínense a los periodistas preguntando por ahí: ¿Es o no es verdad que el alcalde Sutanito tiene una relación amorosa con la rubia de enfrente? Híjole. Y qué tal si eso está perjudicando todas sus decisiones porque toda su vida gira en torno a su amorío.

Pues aun así, sería un asunto privado. Lo que es público es el efecto de eso: si no llega en las mañanas a las reuniones, si falta a sus deberes, si gasta el erario en joyas, entonces debe ser castigado.

Lo mismo si tiene alguna adicción: los efectos de ésta deberán ser los que se persigan y en todo caso culminen con el cese de alguien por incapacidad. Lo mismo aplica para cualquier mexicano: un empleado que no llega no puede ser acusado de adicto al juego, sino de incumplimiento laboral.

Hay muchos elementos para cuestionar a Felipe Calderón, para señalar su marcada obsesión monotemática, para desesperarse por el rumbo que sigue. Es decir, si los efectos son notorios, con eso es suficiente, no hay necesidad de buscarle aroma al aliento de nadie.

Temas

Sigue navegando