México

''La alegría ya viene''

Cada vez más ciudadanos de esta metrópoli son ''opositodos'' que se interesan y comprometen con el futuro de la ciudad. Cada vez más autoridades escuchan

En 1980 después de 17 años de dictadura en Chile, un plebiscito permitió conocer la voluntad popular. Los chilenos tendrían que votar SI o NO. El Sí representaba continuar con el régimen de Pinochet, el No, rechazar el modelo y entonces tener la oportunidad de planear su futuro en democracia.

Ganaron estos “opositodos” que durante años se negaron a vivir en una dictadura. La victoria del NO recuperó y fortaleció la institucionalidad democrática con positivos y ejemplares frutos.

Guardando las debidas proporciones, este hecho sirve para explicar la situación local en torno a proyectos urbanos gubernamentales  que  como la Vía Express o la ciclovía Lázaro Cárdenas entre otros, han encontrado oposición entre diferentes expresiones de la ciudadanía organizada.

La vía Express, un proyecto impulsado por el Gobierno del Estado, ha sido analizado y rechazado por muchas organizaciones ciudadanas, empresariales, de vecinos y académicas.

En el proceso, estas organizaciones han establecido diálogo y acuerdos sobre el futuro de la ciudad identificando aquellas visiones compartidas. En el caso local,  decir NO a la vía Express representa la posibilidad de construir y consensuar a partir de acuerdos, planear el futuro de nuestra ciudad desde el territorio fomentando la participación ciudadana.

La negativa no es solo a una obra vial, sino a una forma de entender la ciudad, es un no a las cicatrices que generan las autopistas urbanas rompiendo el tejido social, es un no a la “dictadura del auto”, pero es un Si a una visión a futuro que  asuma la relevancia del desarrollo urbano sustentable en corredores estratégicos para la ciudad como Av. Inglaterra, es un Sí a nuevas formas de desarrollo económico y social.

El caso del camellón de Lázaro Cárdenas entre el mercado de abastos y el Álamo donde se pretendía construir una ciclovía y un parque, es otro ejemplo de un NO. Después del análisis y rechazo a este proyecto las organizaciones sociales del Consejo ciudadano de movilidad no motorizada de Guadalajara, el alcalde Aristóteles Sandoval ordenó detener la obra.

Interesado en el tema, hizo un recorrido a la zona con miembros del consejo y constató las razones de la negativa: peligro para los usuarios por ser una vía de alta velocidad, problemas de contaminación que afectaría a la salud de los usuarios, índice de ruido superior a las normas y una inversión en infraestructura innecesaria y costosa.

Juntos acordaron trabajar desde el espacio del Consejo en las obras que podían ser adecuadas para la zona y estudiar las obras que en el marco del Plan de Movilidad Urbana no Motorizada se podrían llevar a cabo.

El NO a un proyecto que se demuestra técnica, social y económicamente inviable, es un SI a una redistribución de las prioridades para aprovechar adecuadamente los recursos públicos y beneficiar a más tapatíos.

Cada vez más ciudadanos de esta metrópoli son “opositodos”  que se interesan y comprometen con el futuro de la ciudad. Cada vez más autoridades escuchan.  “La alegría ya viene”.

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