México

Iglesia católica reconoce las ‘‘narcolimosnas’’

El editorial del semanario ‘‘Desde la fe’’ condena los nexos con la delincuencia organizada en todos los estratos sociales

CIUDAD DE MÉXICO (01/NOV/2010).- La Iglesia Católica de México acepta que dinero del “más sucio y sanguinario negocio”, el narcotráfico, podría haber sido utilizado en algunas comunidades para “la construcción de algunas capillas, lo cual resulta inmoral y doblemente condenable, y nada justifica que se pueda aceptar esta situación”.

El Arzopispado, por medio del editorial del semanario “Desde la fe ”, se pregunta qué Estado de la República o qué sector de la sociedad no ha sido penetrado por el narcotráfico, donde, desde gobernadores hasta militares, empresarios, medios y ambientes del clero están inmiscuidos.

Bajo el título “Barbarie Inhumana”, señaló que se justifica en algunos pueblos y comunidades a los narcotraficantes, porque son “benefactores” del pueblo.

“Basta ya de complicidades, basta ya de impunidad, basta ya de una sociedad indiferente y complaciente; basta ya de nuestros analistas políticos que con un sentido derrotista abogan por la legalización de las drogas y por hacer público el negocio”, clamó la Iglesia a través de su órgano informativo.

La Arquidiócesis, encabezada por el cardenal Norberto Rivera Carrera, señaló que grandes sectores de la sociedad mexicana están involucrados con el “poder corruptor del narcotráfico y la delincuencia”.

Sin dar nombres, agrega el editorial: “Podemos comenzar por políticos de gran altura —sin duda alguna desde gobernadores de distintos estados hasta corporaciones policíacas enteras—, pasando por militares y policías federales”.

Además, afirmó que personas de todos los niveles sociales circulan el dinero del narcotráfico, tanto en las grandes ciudades como en las poblaciones más aisladas.

Con respeto a las recientes masacres como las de Tijuana, Ciudad Juárez y Tepic, advierte que es imposible que se pretenda justificar la matanza “inmisericorde” de tantas personas, en especial jóvenes, por parte de delincuentes que se mueven impunemente en todo el país.

El documento, que fue distribuido durante la misa dominical del cardenal Norberto Rivera Carrera, en la Catedral Metropolitana del DF, establece que “en la conciencia de los gobernantes de todos los niveles está el desastre que estamos viviendo; en la conciencia de empresarios deshonestos que se han prestado para lavar dinero está también el origen de tanta sangre derramada; en la conciencia de muchos ciudadanos que han buscado el dinero fácil está la causa de este problema generalizado”.

Finalmente, condenó a los “adictos mexicanos y estadounidenses”, que son la “causa principal de esta barbarie”, y en cuyas conciencias pesará la violencia y los crímenes que actualmente padece el país.

FRASE

No es tiempo de repartir culpas sino de buscar soluciones y comprometernos en erradicar de raíz este cáncer social que amenaza con destruirnos
“Desde la fe”,
órgano informativo de la Arquidiócesis Primada de México

Celebración de la esperanza
Mensaje por la Fiesta de los Fieles Difuntos

CIUDAD DE MÉXICO.-
Aún las personas que han actuado mal en su vida “tienen remedio” con sólo aceptar la persona de Jesús y su mensaje de conversión, aseveró el cardenal Norberto Rivera Carrera en su homilía en la Catedral Metropolitana.

En la misa dedicada a la Fiesta de los Fieles Difuntos, el arzobispo primado de México reiteró que el mensaje principal del Evangelio es que siempre es posible una transformación radical en el corazón del hombre y recordó que Jesús confía en la capacidad de conversión del ser humano.

Para los hombres que han encontrado y aceptado a Cristo, agregó, las cosas materiales son superfluas, ridículamente insuficientes y hasta estorbosas, porque su seguridad y bienestar no depende de acumular bienes, sino de la esperanza de vivir la presencia de Jesús.

El jerarca religioso insistió en que a partir de Jesús todo tiene solución: “La palabra de Dios representa la salvación de lo que estaba perdido, la buena nueva de liberación para los débiles, para los enfermos y para los pecadores”.

Explicó que la Fiesta de los Fieles Difuntos debe verse como una celebración de la esperanza, porque se espera que los muertos tengan vida divina, tengan la felicidad que tanto anhelaron, la santidad a la que fueron llamados y que consiste en ser semejante a Dios y verlo tal cual es.

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