México
Exxon advierte lenta transición energética
En los próximos 20 años, el gas natural será uno de los combustibles de mayor demanda en el mundo
CIUDAD DE MÉXICO (04/ABR/2011).- Con una recuperación económica mundial lenta y precios del barril del petróleo que rondan los 100 dólares, “la transición energética será lenta en el periodo 2011-2030”, manifestó el presidente de Exxon Mobile Ventures México, Jaime Buitrago.
Ante estudiantes de Relaciones Internacionales de la Universidad Anáhuac, el ejecutivo destacó que la demanda de energía en el mundo para 2030 tendrá un crecimiento de 35% respecto a 2005.
En las gráficas prospectivas mostradas por el orador, quedó patente que después de los hidrocarburos, el gas natural emerge como el combustible de mayor demanda dentro en las siguientes dos décadas.
Los biocombustibles, la generación de electricidad mediante tecnología eólica y fotovoltáica, tendrán un interesante crecimiento, pero una participación modesta dentro del total que se demandará para cuando inicie la tercera década del presente siglo: más de 600 mil cuatrillones de Unidades Térmicas Británicas (BTUs, por sus siglas en inglés).
“Vamos a necesitar todas las fuentes de energía, no podemos quitar el pie del acelerador de las fuentes alternativas”.
Los sectores que mayor demanda tendrán de energéticos para 2030, en orden de importancia serán: generación de electricidad, la industria, el transporte y el residencial.
Entre los hidrocarburos, la gasolina y el diesel serán los líquidos de mayor demanda mundial; 400 millones de autos más circularán por las calles del mundo en 19 años.
El ejecutivo dijo que la demanda energética de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), “será plana” debido a las estrategias de eficiencia energética que hoy día se instrumentan, además de que muchos tienen demografías maduras y tendentes a disminuir.
El resto del mundo tendrá un crecimiento inusitado en la demanda de energéticos, en particular China e India que además de elevadas tasas de natalidad en el futuro, son naciones que están logrando subir a porciones importantes de su población a ingresos per cápita que los coloca en una posición de grandes consumidores.
“Millones de personas en esos países accederán a servicios y al mercado de energía como consumidores”.
Señaló que habrá una gran oportunidad de generar eficiencias energéticas que permitan a los países reducir emisiones de CO2 a la atmósfera, sobre todo porque, en el escenario que presentó, el carbón será usado de manera intensiva en los años por venir.
Las naciones en desarrollo económico serán las que afronten con mayor estrés el desafío de disminuir sus emisiones y al mismo tiempo mantener saludable y sostenido el crecimiento de sus economías.
Los países miembros de la OCDE, en cambio, tienen mayores posibilidades de lograr altos niveles de eficiencia.
FRASE
"Vamos a necesitar todas las fuentes de energía. No podemos quitar el pie del acelerador de las fuentes alternativas "
Jaime Buitrago,
presidente de Exxon Mobile Ventures México.
TELÓN DE FONDO
Un impulso endeble
No han bastado abundantes estudios técnicos, decenas de ordenamientos regulatorios, la operación de distintos programas públicos, el anuncio de una estrategia nacional en la materia, la realización de cumbres internacionales, subsidios foráneos por más de 50 mil millones de pesos (MDP) anuales, ni la creación doméstica de un fondo ex profeso de 250 millones de dólares (MDD) por cada ejercicio fiscal, para llevar las energías renovables en México más allá de una cuota testimonial de 3.3% de la capacidad eléctrica nacional instalada, o, incluso, para alcanzar como mínimo 4% de la generación.
Tal vez por ello las políticas públicas de la administración del Presidente Felipe Calderón, orientadas al impulso de la implementación de energías “verdes”, han originado en el Congreso de la Unión, y entre inversionistas, suspicacias sobre la autenticidad del compromiso del Gobierno federal con el medio ambiente, y reservas frente al lugar que ocupa la “transición energética” en la convicción oficial.
Incipiente y dispersa, la política para la implementación de energías limpias en México alcanzó estatus de política estatal muy recientemente.
Apenas en noviembre de 2008 el Congreso mexicano aprobó una Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética (Laerte), la cual preveía la creación e implementación de un Programa Especial de Aprovechamiento de Energías Renovables (Programa Especial), el cual fue anunciado por el Gobierno federal en agosto de 2009, y que presuponía el establecimiento de una Estrategia Nacional para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (Estrategia), la cual fue emitida por la Sener en enero de 2011.
La Laerte (2008) también preveía la creación y actualización de un Inventario Nacional de Energías Renovables que sería referencial y facilitaría la comprensión del panorama de las tecnologías en el país, para la toma de decisiones de todos los involucrados. El Programa Especial (2009) también lo anunciaba. Y la Estrategia (2011) cita a las anteriores. Pero al parecer prevalece una disparidad de criterios y metodologías de las distintas instituciones del sector energético oficial que ofrecen información ambigua.
Por mencionar algunos ejemplos, el Programa Especial considera a la energía minihidráulica —en referencia a aquellas centrales con capacidad de 10 MW— como una de las energías renovables, incluyendo por tanto una estimación del potencial, las capacidades instaladas y de generación, así como sus metas y proyecciones de crecimiento sexenal. Pues la Estrategia, prevista en el Programa Especial, desconcertantemente se olvida de tal sutileza, e incluye, en un mismo rubro, toda la energía hidráulica. Lo mismo sucede con las compilaciones y proyecciones del Balance Nacional de Energía (BNE), de carácter anual, que engloba todas las mediciones en “hidroenergía”, impidiendo una visión específica del subsector minihidráulico.
El mismo Programa, que proporciona datos de la evolución de la energía solar en el país, no incluye proyecciones de crecimiento sexenal, como sí los integra en cuanto a las energías eólica, minihidráulica, geotérmica y de la biomasa.
A ello hay que sumar la cantidad de ordenamientos, normas oficiales, e instituciones que se han multiplicado. En la política de implementación de tecnologías limpias intervienen desde la Sener, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y la Secretaría de Economía (SE), pasando por órganos como la Comisión Reguladora de Energía (CRE), un Consejo Nacional para el Fomento de las Energías Renovables, con participación privada y gubernamental, bajo la coordinación y supervisión de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (Conuee), un Centro Nacional de Coordinación de Energía, entre muchos otros.
Aunque de acuerdo con organigramas y ordenamientos, cada cual cumple con funciones específicas, para los inversionistas se traduce en confusión.
Con información de CNNExpansion.com
Ante estudiantes de Relaciones Internacionales de la Universidad Anáhuac, el ejecutivo destacó que la demanda de energía en el mundo para 2030 tendrá un crecimiento de 35% respecto a 2005.
En las gráficas prospectivas mostradas por el orador, quedó patente que después de los hidrocarburos, el gas natural emerge como el combustible de mayor demanda dentro en las siguientes dos décadas.
Los biocombustibles, la generación de electricidad mediante tecnología eólica y fotovoltáica, tendrán un interesante crecimiento, pero una participación modesta dentro del total que se demandará para cuando inicie la tercera década del presente siglo: más de 600 mil cuatrillones de Unidades Térmicas Británicas (BTUs, por sus siglas en inglés).
“Vamos a necesitar todas las fuentes de energía, no podemos quitar el pie del acelerador de las fuentes alternativas”.
Los sectores que mayor demanda tendrán de energéticos para 2030, en orden de importancia serán: generación de electricidad, la industria, el transporte y el residencial.
Entre los hidrocarburos, la gasolina y el diesel serán los líquidos de mayor demanda mundial; 400 millones de autos más circularán por las calles del mundo en 19 años.
El ejecutivo dijo que la demanda energética de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), “será plana” debido a las estrategias de eficiencia energética que hoy día se instrumentan, además de que muchos tienen demografías maduras y tendentes a disminuir.
El resto del mundo tendrá un crecimiento inusitado en la demanda de energéticos, en particular China e India que además de elevadas tasas de natalidad en el futuro, son naciones que están logrando subir a porciones importantes de su población a ingresos per cápita que los coloca en una posición de grandes consumidores.
“Millones de personas en esos países accederán a servicios y al mercado de energía como consumidores”.
Señaló que habrá una gran oportunidad de generar eficiencias energéticas que permitan a los países reducir emisiones de CO2 a la atmósfera, sobre todo porque, en el escenario que presentó, el carbón será usado de manera intensiva en los años por venir.
Las naciones en desarrollo económico serán las que afronten con mayor estrés el desafío de disminuir sus emisiones y al mismo tiempo mantener saludable y sostenido el crecimiento de sus economías.
Los países miembros de la OCDE, en cambio, tienen mayores posibilidades de lograr altos niveles de eficiencia.
FRASE
"Vamos a necesitar todas las fuentes de energía. No podemos quitar el pie del acelerador de las fuentes alternativas "
Jaime Buitrago,
presidente de Exxon Mobile Ventures México.
TELÓN DE FONDO
Un impulso endeble
No han bastado abundantes estudios técnicos, decenas de ordenamientos regulatorios, la operación de distintos programas públicos, el anuncio de una estrategia nacional en la materia, la realización de cumbres internacionales, subsidios foráneos por más de 50 mil millones de pesos (MDP) anuales, ni la creación doméstica de un fondo ex profeso de 250 millones de dólares (MDD) por cada ejercicio fiscal, para llevar las energías renovables en México más allá de una cuota testimonial de 3.3% de la capacidad eléctrica nacional instalada, o, incluso, para alcanzar como mínimo 4% de la generación.
Tal vez por ello las políticas públicas de la administración del Presidente Felipe Calderón, orientadas al impulso de la implementación de energías “verdes”, han originado en el Congreso de la Unión, y entre inversionistas, suspicacias sobre la autenticidad del compromiso del Gobierno federal con el medio ambiente, y reservas frente al lugar que ocupa la “transición energética” en la convicción oficial.
Incipiente y dispersa, la política para la implementación de energías limpias en México alcanzó estatus de política estatal muy recientemente.
Apenas en noviembre de 2008 el Congreso mexicano aprobó una Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética (Laerte), la cual preveía la creación e implementación de un Programa Especial de Aprovechamiento de Energías Renovables (Programa Especial), el cual fue anunciado por el Gobierno federal en agosto de 2009, y que presuponía el establecimiento de una Estrategia Nacional para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (Estrategia), la cual fue emitida por la Sener en enero de 2011.
La Laerte (2008) también preveía la creación y actualización de un Inventario Nacional de Energías Renovables que sería referencial y facilitaría la comprensión del panorama de las tecnologías en el país, para la toma de decisiones de todos los involucrados. El Programa Especial (2009) también lo anunciaba. Y la Estrategia (2011) cita a las anteriores. Pero al parecer prevalece una disparidad de criterios y metodologías de las distintas instituciones del sector energético oficial que ofrecen información ambigua.
Por mencionar algunos ejemplos, el Programa Especial considera a la energía minihidráulica —en referencia a aquellas centrales con capacidad de 10 MW— como una de las energías renovables, incluyendo por tanto una estimación del potencial, las capacidades instaladas y de generación, así como sus metas y proyecciones de crecimiento sexenal. Pues la Estrategia, prevista en el Programa Especial, desconcertantemente se olvida de tal sutileza, e incluye, en un mismo rubro, toda la energía hidráulica. Lo mismo sucede con las compilaciones y proyecciones del Balance Nacional de Energía (BNE), de carácter anual, que engloba todas las mediciones en “hidroenergía”, impidiendo una visión específica del subsector minihidráulico.
El mismo Programa, que proporciona datos de la evolución de la energía solar en el país, no incluye proyecciones de crecimiento sexenal, como sí los integra en cuanto a las energías eólica, minihidráulica, geotérmica y de la biomasa.
A ello hay que sumar la cantidad de ordenamientos, normas oficiales, e instituciones que se han multiplicado. En la política de implementación de tecnologías limpias intervienen desde la Sener, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y la Secretaría de Economía (SE), pasando por órganos como la Comisión Reguladora de Energía (CRE), un Consejo Nacional para el Fomento de las Energías Renovables, con participación privada y gubernamental, bajo la coordinación y supervisión de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (Conuee), un Centro Nacional de Coordinación de Energía, entre muchos otros.
Aunque de acuerdo con organigramas y ordenamientos, cada cual cumple con funciones específicas, para los inversionistas se traduce en confusión.
Con información de CNNExpansion.com