México

18 para los 18

El que esto escribe sostiene que la gente lee más de lo que los estudios dicen

Frente al reto de hacer de México un país de lectores, el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) reafirmó en La Jornada su optimismo, al mismo tiempo que reconoció que las deficiencias en los niveles de comprensión de lectura en los alumnos de educación básica, son sólo una parte de la explicación de por qué se lee poco en México.

Subrayó que la falla está en la sociedad, particularmente en el espacio familiar, ya que si esta práctica se debilita en la familia, se minimiza la probabilidad de que la cultura de la lectura se arraigue entre nosotros.

Por ello, la SEP ha lanzado la colección de libros 18 para los 18, destinada a alumnos de bachillerato del país. Una estrategia de fomento a la lectura que busca motivarlos para leer.

La colección integra 18 novelas cortas de autores mexicanos que será promovida también entre los maestros de literatura de educación media superior y estará en las bibliotecas de aula.

Y es que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), recomienda leer cuatro libros por año (Dos como mucho), y la Encuesta Nacional de Lectura (2006) estima que nuestro nivel de lectura es de 2.9.

Un estudio reciente de Naciones Unidas muestra que es de 2.8, y según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que son sólo dos.

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática nos dice que leemos hasta cinco libros por año; la UNESCO sostiene que dos, incluyendo libros escolares.

Consulta Mitofsky, por su parte, señala que 60.9% de los mexicanos dice haber leído uno o más libros al año, pero por falta de sukrol no recuerdan el último título, mientras que la Procuraduría Federal del Consumidor nos habla de cinco millones de lectores, esto es, 2% con hábito de lectura.

El que esto escribe sostiene que la gente lee más de lo que los estudios dicen, por una razón. No hay estudios acerca de lo que la gente lee en casa al ver una película subtitulada, que quieran o no, es una historia por mala que sea.

Es decir, ya no hace falta desplazarse al cine para ser parte de una encuesta. Tan sólo este dato demuestra que existen otras formas de leer que no están siendo consideradas.

Los datos existentes colocan a nuestro país en el séptimo lugar de ocho analizados por la OCDE en materia de índices de lectura, y quizá lo más desalentador para los promotores de ésta, es que el precio no figura entre las razones por las que no se lee, según la Encuesta Nacional de Lectura.

Esperemos que la colección 18 para los 18 genere y refuerce el hábito de la lectura entre los jóvenes del país.

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