Jalisco

Miles de personas festejan en la calle con los desfiles

Más de seis mil servidores públicos en Guadalajara, casi tres mil en Zapopan, desfilaron este 16 de septiembre, convertidos en “héroes por un día” para el público

ZAPOPAN, JALISCO (17/SEP/2012).- La Avenida Ávila Camacho es una polvareda de emociones. Son las 09:30 horas y ya hay cientos de policías, bomberos, militares, paramédicos, enfermeras y hasta integrantes del escuadrón canino listos para desfilar en Zapopan. Todos, con una sonrisa ensayada que luce impecable y un traje recién lavado y planchado. Es 16 de septiembre y toca lucirse. Toca ser héroes por un día.

11:30 horas. El contingente que va a marchar comienza a lucir aburrido. La sonrisa ensayada muta lentamente en una mueca. Entre los miembros de Protección Civil se hacen bromas. Los más “güeros” se quejan de que las horas y horas de espera les provocan un indeseable bronceado urbano, ese que es más provocado por smog que por el sol. El uniforme de policías y militares de alto rango, planchado de forma impecable, se comienza a arrugar. Hasta los perros del escuadrón canino se cansan de las caricias en la cabeza.

12:00 horas. Avenida Hidalgo, la que cruza el corazón de la cabecera municipal de Zapopan. Cientos de familias aguardan detrás de las vallas el inicio del que oficialmente es llamado “Tradicional Desfile Cívico-Militar de Zapopan”.

Mucha gente le dice “desfile” y ya. Y ya quieren que comience.  Los silbidos y gritos se multiplican, mientras que la banda de guerra, ubicada estratégicamente frente al Palacio Municipal, le saca tanto lustre a sus instrumentos musicales que parece que van a desaparecer.

12:07 horas. Comienza el desfile. Ahora sí, todos sonríen; los que marchan, porque al fin se mueven. Entre el público, los niños son los más ruidosos y contentos. Será la primera vez que muchos infantes vean en persona a un militar. Ya no en la tele combatiendo al crimen; ahora, en vivo.

12:10 horas. Los tambores suenan y comienza la marcha. Los militares van primero y, claro, para ellos llega la primera carretada de aplausos. Pero las que se llevan las palmas más ruidosas son las enfermeras del Ejército. Caminan derechitas, saludan al balcón presidencial, donde ya se encuentra el alcalde Héctor Vielma Ordóñez. También él sonríe. Es el último desfile que va a observar desde el palacio del Ayuntamiento.

12:20 horas. Primero a pie, con fusiles en mano, luego en camionetas acondicionadas para el combate, los soldados del Ejército arrasan con los aplausos y tras ellos llega la Policía zapopana. Quién sabe si fue por la convivencia continua, o por el hecho de verlos diario, pero con los gendarmes municipales el volumen de “vivas” y de palmas disminuyó considerablemente.

12:30 horas. La marcha no se detiene. Los aplausos para el escuadrón canino, la Cruz Roja y la Verde son bien merecidos en voces de los mayores. A los niños los emocionan menos. Luego llegan los Bomberos del municipio y el equipo de Protección Civil. Muchos de ellos esperaban marchar al arranque. Hace no muchos meses (en abril) se jugaron la vida en el Bosque La Primavera, enfrentando el infierno que se desató en la reserva natural. Ahora les tocó desfilar casi al final. Pero no, no fueron los últimos. Y sí, sí fueron quienes se llevaron el mayor reconocimiento de los espectadores.

12:40 horas. El desfile tiene lugar para todos los que se juegan la vida por el municipio. Y eso incluye a aquellos que hacen el trabajo más pesado de todos los días: la limpieza. El paso de los camiones de basura fue aplaudido por los asistentes, aunque no dejaba de ser curioso que en un mismo evento aparecieran fuerzas castrenses y de limpia. Tras ellos, el escuadrón de la Policía montada hizo suertes frente al Palacio Municipal. Y con ellos, el telón cayó.

12:45 horas. Todos se saludan en el palco de la Presidencia Municipal. Para muchos es la despedida. Los protagonistas para el desfile de 2013 serán otros. Abajo, la muchedumbre se dispersa en diversas direcciones. El tráfico se abre paso de nueva cuenta por el asfalto, aunque va a tomar un rato para que Zapopan vuelva a su “cotidianidad”.

12:50 horas. Los trabajadores de limpia son los últimos en desfilar. A ellos no los anuncian a través de un megáfono. También llegaron a las 09:30 (o antes) y van a ser los últimos en irse. No se van a llevar ningún aplauso y tampoco habrá quien los salude desde el palacio zapopano. Su trabajo es limpiar las Avenidas Laureles y Ávila Camacho. La polvareda de emociones se desvanece. Nadie lo sabe, pero ellos son héroes todos los días.

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