Jalisco
Los jaliscienses no lo merecemos
...Honestamente considero que los jaliscienses no merecemos los diputados que tenemos...
De todos es conocido el dicho de que cada pueblo tiene el Gobierno que merece, pero honestamente considero que los jaliscienses no merecemos los diputados que tenemos, salvo honrosas excepciones.
Tuvieron que pasar más de 70 años para que en México se presentara un cambio. Se pensó que habíamos acabado con las dictaduras; primero, del Presidente de la República que durante ese tiempo y violentando los más elementales principios constitucionales de la división de poderes, atropellaba al Legislativo y al Judicial, designando y quitando a su conveniencia y voluntad a diputados, jueces y magistrados, ya que la premisa premisa era buscar a funcionarios “a modo”.
Después de la llegada de Vicente Fox al poder, todos confiamos en que las cosas habían cambiado en nuestro país, y en tan sólo siete años nos estamos dando cuenta que “pasamos de Guatemala a guatepeor”, puesto que nuestros diputados pretenden tomar la estafeta y ahora quieren controlar a los poderes Ejecutivo y Judicial, sobre todo en Jalisco, donde a pesar de que el Partido Acción Nacional arrasó en las últimas elecciones, posesionando a sus candidatos en el Gobierno del Estado, en las principales presidencias municipales y logrando una mayoría en el Congreso, nos encontramos que de una manera impresionantemente rápida y contra todos los pronósticos, están ocasionando más daño a Jalisco que los anteriores en 70 años de mala historia.
Para muestra un botón, dicen por ahí, por lo que sólo quiero resaltar algunas de las atrocidades que han cometido en menos de año y medio de funciones: Violentaron el Estado de Derecho destituyendo a seis magistrados del Poder Judicial, sin revisar sus antecedentes, sin respeto alguno a su antigüedad, preparación académica, resultados laborales, probidad y honradez, y lo más grave, sin tomar en cuenta al Consejo de la Judicatura, que nos cuesta a los ciudadanos una fortuna y es quien legalmente tiene las facultades y elementos para señalar la calidad de su trabajo.
Así también, sin respeto alguno, cambiaron a los magistrados electorales del Estado, buscando nuevos funcionarios a su conveniencia; y qué mejor manera de hacerlo, que invitar a simpatizantes de sus partidos políticos a ocupar esos puestos, sin importarles que desde ahora están inhabilitados para conocer las futuras controversias, porque está claro que tienen intereses personales en dichos partidos, y por consiguiente, en sus candidatos.
Convocaron en apariencia a un proceso de selección e invitaron a la ciudadanía a participar; sin embargo, como ya es costumbre y demostrando su falta de respeto a la sociedad, ya se habían dividido las posiciones: dos para el Partido Acción Nacional (PAN), dos para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y uno para el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Con relación al Consejo Electoral del Estado, para ajustarse supuestamente a la Reforma Constitucional, ya se despacharon con la cuchara grande y se autorizaron un presupuesto cinco veces superior al anterior, y eso que los tiempos de las campañas se redujeron considerablemente y que el gasto más fuerte que tenían era para pagar los tiempos en radio y televisión, los cuales ahora no les cuesta nada, a costa de la industria.
Por otra parte, disminuyeron el número de diputados, restando sólo uno a los proporcionales, cuando el clamor general es que sobran cuando menos la mitad. Aumentaron el porcentaje de la votación recibida en las elecciones de 3% a 3.5%, para impedir que nuevos partidos les disputen el botín. Le cambiaron el nombre al Consejo Electoral del Estado, aumentaron en 50% el sueldo a los futuros consejeros y, de paso, pretenden liquidar por anticipado, y con nuestro dinero, a los actuales. A todo este abuso descarado de poder, dentro de la reforma se reservan designar al presidente del Consejo y al titular del órgano de fiscalización.
En el Consejo Electoral, a pesar de que aseguran será un proceso abierto en el que inclusive podrán participar los actuales consejeros y se buscará elegir a los mejores ciudadanos, les garantizamos que nos la volverán a aplicar, y si no al tiempo, porque cuando se pierde la vergüenza en aras del poder y el dinero, es fácil olvidarse que son representantes de la sociedad y que al votar por ellos depositamos el hoy y el futuro de Jalisco.
Con lo anterior nos queda claro que algunos de nuestros diputados ya encontraron el camino para imponer condiciones y manejar el Estado a su antojo y conveniencia, inclusive en contra de los intereses de todos sus representados.
Estos “diputados” indudablemente pasarán a la historia como grandes negociadores y expertos en la concertación, pues han sabido ponerse de acuerdo, o para ser más claros, se han repartido el botín como buenos hermanos. Lejos de trabajar por los jaliscienses, se han ocupado en negociar a favor de grupos, con acciones muy cercanas a la tipificación, que es la adecuación de un hecho a un delito. Son muchos y muy listos para disfrazar bien las cosas; no obstante, tarde o temprano la verdad sale a la luz y no siempre estarán sentados en una curul.
No se mofen más de nosotros, ni tiren nuestro dinero en convocatorias y promoción de su imagen. No nos sigan diciendo que todas estas reformas son para beneficio de Jalisco. No se jacten afirmando que son muy trabajadores, respetuosos de la ley y algunos de los mejores ciudadanos, y por ende, merecedores de seguir viviendo de nuestros impuestos. Tampoco nos digan más que cualquier brinco que den será para gloria y engrandecimiento de nuestra Entidad, porque los jaliscienses no lo merecemos.
JOSÉ ANDRÉS VILLALOBOS / Empresario.
Tuvieron que pasar más de 70 años para que en México se presentara un cambio. Se pensó que habíamos acabado con las dictaduras; primero, del Presidente de la República que durante ese tiempo y violentando los más elementales principios constitucionales de la división de poderes, atropellaba al Legislativo y al Judicial, designando y quitando a su conveniencia y voluntad a diputados, jueces y magistrados, ya que la premisa premisa era buscar a funcionarios “a modo”.
Después de la llegada de Vicente Fox al poder, todos confiamos en que las cosas habían cambiado en nuestro país, y en tan sólo siete años nos estamos dando cuenta que “pasamos de Guatemala a guatepeor”, puesto que nuestros diputados pretenden tomar la estafeta y ahora quieren controlar a los poderes Ejecutivo y Judicial, sobre todo en Jalisco, donde a pesar de que el Partido Acción Nacional arrasó en las últimas elecciones, posesionando a sus candidatos en el Gobierno del Estado, en las principales presidencias municipales y logrando una mayoría en el Congreso, nos encontramos que de una manera impresionantemente rápida y contra todos los pronósticos, están ocasionando más daño a Jalisco que los anteriores en 70 años de mala historia.
Para muestra un botón, dicen por ahí, por lo que sólo quiero resaltar algunas de las atrocidades que han cometido en menos de año y medio de funciones: Violentaron el Estado de Derecho destituyendo a seis magistrados del Poder Judicial, sin revisar sus antecedentes, sin respeto alguno a su antigüedad, preparación académica, resultados laborales, probidad y honradez, y lo más grave, sin tomar en cuenta al Consejo de la Judicatura, que nos cuesta a los ciudadanos una fortuna y es quien legalmente tiene las facultades y elementos para señalar la calidad de su trabajo.
Así también, sin respeto alguno, cambiaron a los magistrados electorales del Estado, buscando nuevos funcionarios a su conveniencia; y qué mejor manera de hacerlo, que invitar a simpatizantes de sus partidos políticos a ocupar esos puestos, sin importarles que desde ahora están inhabilitados para conocer las futuras controversias, porque está claro que tienen intereses personales en dichos partidos, y por consiguiente, en sus candidatos.
Convocaron en apariencia a un proceso de selección e invitaron a la ciudadanía a participar; sin embargo, como ya es costumbre y demostrando su falta de respeto a la sociedad, ya se habían dividido las posiciones: dos para el Partido Acción Nacional (PAN), dos para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y uno para el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Con relación al Consejo Electoral del Estado, para ajustarse supuestamente a la Reforma Constitucional, ya se despacharon con la cuchara grande y se autorizaron un presupuesto cinco veces superior al anterior, y eso que los tiempos de las campañas se redujeron considerablemente y que el gasto más fuerte que tenían era para pagar los tiempos en radio y televisión, los cuales ahora no les cuesta nada, a costa de la industria.
Por otra parte, disminuyeron el número de diputados, restando sólo uno a los proporcionales, cuando el clamor general es que sobran cuando menos la mitad. Aumentaron el porcentaje de la votación recibida en las elecciones de 3% a 3.5%, para impedir que nuevos partidos les disputen el botín. Le cambiaron el nombre al Consejo Electoral del Estado, aumentaron en 50% el sueldo a los futuros consejeros y, de paso, pretenden liquidar por anticipado, y con nuestro dinero, a los actuales. A todo este abuso descarado de poder, dentro de la reforma se reservan designar al presidente del Consejo y al titular del órgano de fiscalización.
En el Consejo Electoral, a pesar de que aseguran será un proceso abierto en el que inclusive podrán participar los actuales consejeros y se buscará elegir a los mejores ciudadanos, les garantizamos que nos la volverán a aplicar, y si no al tiempo, porque cuando se pierde la vergüenza en aras del poder y el dinero, es fácil olvidarse que son representantes de la sociedad y que al votar por ellos depositamos el hoy y el futuro de Jalisco.
Con lo anterior nos queda claro que algunos de nuestros diputados ya encontraron el camino para imponer condiciones y manejar el Estado a su antojo y conveniencia, inclusive en contra de los intereses de todos sus representados.
Estos “diputados” indudablemente pasarán a la historia como grandes negociadores y expertos en la concertación, pues han sabido ponerse de acuerdo, o para ser más claros, se han repartido el botín como buenos hermanos. Lejos de trabajar por los jaliscienses, se han ocupado en negociar a favor de grupos, con acciones muy cercanas a la tipificación, que es la adecuación de un hecho a un delito. Son muchos y muy listos para disfrazar bien las cosas; no obstante, tarde o temprano la verdad sale a la luz y no siempre estarán sentados en una curul.
No se mofen más de nosotros, ni tiren nuestro dinero en convocatorias y promoción de su imagen. No nos sigan diciendo que todas estas reformas son para beneficio de Jalisco. No se jacten afirmando que son muy trabajadores, respetuosos de la ley y algunos de los mejores ciudadanos, y por ende, merecedores de seguir viviendo de nuestros impuestos. Tampoco nos digan más que cualquier brinco que den será para gloria y engrandecimiento de nuestra Entidad, porque los jaliscienses no lo merecemos.
JOSÉ ANDRÉS VILLALOBOS / Empresario.