Jalisco
Los Silos, un hormiguero de violencia: académica Iteso
Karen Gutiérrez realiza diagnóstico de la situación del fraccionamiento, a petición del Ayuntamiento de Tlajomulco
TLAJOMULCO DE ZÚÑIGA, JALISCO (11/SEP/2012).- Siete mil personas se despiertan todos los días sin agua ni electricidad en sus casas. Sin seguridad ni servicios de salud ni de transporte. Los habitantes del fraccionamiento Los Silos viven en un hormiguero de violencia, que “más temprano que tarde le va a traer problemas irremediables a las personas que viven ahí”, comenta la psicóloga urbana del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente, Karen Gutiérrez Lascurain.
Ella junto con sus alumnos han sido los encargados de hacer un diagnóstico en algunos fraccionamientos de Tlajomulco. “El Ayuntamiento nos pidió que lo hiciéramos, para ver la manera en que podíamos intervenir”. Sin embargo, no ha sido sencillo. “Cuando nos pidieron que fuéramos a Los Silos y Rancho Alegre, decidimos priorizar y sólo hacer Silos, porque el problema es mayor”.
La falta de servicios de agua y electricidad fue el primer gran problema para los habitantes de este fraccionamiento localizado por la Carretera a Chapala, en los límites con el municipio de El Salto.
Después vinieron los problemas sociales “no hay comunidad. Hay mucho movimiento. Hay casas abandonadas y eso propicia el robo a casa habitación… pero también robo a personas. Con decirte que se roban hasta el pasto”.
En los primeros meses del verano, la electricidad dejó de llegar al fraccionamiento. “Y con eso, la falta de servicios básicos”. Los Silos es un gueto, un desarrollo inmobiliario que nació hace cinco años, en la administración de Antonio Tatengo. Es el ejemplo de la construcción combinada con la corrupción.
El 16 de julio pasado se dio a conocer que en 2007 los desarrolladores otorgaron cheques por un millón de pesos, a las autoridades de la administración de Tatengo, en especial a Jorge Munguia Castellanos, el titular de Desarrollo Urbano. Meses después, se otorgó la licencia para terminar de construir el Fraccionamiento. “Y lo más duro es que hoy vayas a Silos y encuentres con que les siguen haciendo promoción a las casas. Siguen vendiendo, aunque no tienen servicios”.
Para llegar a Los Silos, sólo es posible a bordo de automóvil o en mototaxi. No hay transporte interno “a pesar de que se los prometieron a los compradores”. Hoy, después del diagnóstico hecho desde la academia, comienzan a funcionar los talleres de prevención en seguridad “pero falta que el Ayuntamiento haga más”. Poco a poco empieza a haber cohesión social “pero apenas son unas cuantas señoras las movidas… aquello es un hervidero de violencia”.
Erik Tapia Ibarra, secretario General de ese Ayuntamiento, ha reconocido que el fraccionamiento carece de servicios y el Ayuntamiento no se ha quedado de brazos cruzados para ofrecer paliativos. Y aunque acepta que la intervención del municipio a un fraccionamiento que no está recibido es "hacerle la chamba" a la constructora, tampoco "la gente tiene la culpa" de las omisiones de ésta.
EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA
Ella junto con sus alumnos han sido los encargados de hacer un diagnóstico en algunos fraccionamientos de Tlajomulco. “El Ayuntamiento nos pidió que lo hiciéramos, para ver la manera en que podíamos intervenir”. Sin embargo, no ha sido sencillo. “Cuando nos pidieron que fuéramos a Los Silos y Rancho Alegre, decidimos priorizar y sólo hacer Silos, porque el problema es mayor”.
La falta de servicios de agua y electricidad fue el primer gran problema para los habitantes de este fraccionamiento localizado por la Carretera a Chapala, en los límites con el municipio de El Salto.
Después vinieron los problemas sociales “no hay comunidad. Hay mucho movimiento. Hay casas abandonadas y eso propicia el robo a casa habitación… pero también robo a personas. Con decirte que se roban hasta el pasto”.
En los primeros meses del verano, la electricidad dejó de llegar al fraccionamiento. “Y con eso, la falta de servicios básicos”. Los Silos es un gueto, un desarrollo inmobiliario que nació hace cinco años, en la administración de Antonio Tatengo. Es el ejemplo de la construcción combinada con la corrupción.
El 16 de julio pasado se dio a conocer que en 2007 los desarrolladores otorgaron cheques por un millón de pesos, a las autoridades de la administración de Tatengo, en especial a Jorge Munguia Castellanos, el titular de Desarrollo Urbano. Meses después, se otorgó la licencia para terminar de construir el Fraccionamiento. “Y lo más duro es que hoy vayas a Silos y encuentres con que les siguen haciendo promoción a las casas. Siguen vendiendo, aunque no tienen servicios”.
Para llegar a Los Silos, sólo es posible a bordo de automóvil o en mototaxi. No hay transporte interno “a pesar de que se los prometieron a los compradores”. Hoy, después del diagnóstico hecho desde la academia, comienzan a funcionar los talleres de prevención en seguridad “pero falta que el Ayuntamiento haga más”. Poco a poco empieza a haber cohesión social “pero apenas son unas cuantas señoras las movidas… aquello es un hervidero de violencia”.
Erik Tapia Ibarra, secretario General de ese Ayuntamiento, ha reconocido que el fraccionamiento carece de servicios y el Ayuntamiento no se ha quedado de brazos cruzados para ofrecer paliativos. Y aunque acepta que la intervención del municipio a un fraccionamiento que no está recibido es "hacerle la chamba" a la constructora, tampoco "la gente tiene la culpa" de las omisiones de ésta.
EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA