Jalisco

Ayuntamiento destaca los efectos del repoblamiento urbano

Entre las bonanzas del proyecto, subrayan la ampliación de la mancha urbana en un crecimiento sustentable

GUADALAJARA, JALISCO (17/OCT/2011).- El Programa Municipal de Desarrollo Urbano (PMDU) de Guadalajara actualmente en consulta pública junto al resto de los planes parciales de desarrollo urbano, fijó como meta atraer una población al municipio de 150 mil habitantes, en el escenario más conservador, o de 250 mil, en el mejor, en un periodo de 15 años.

El repoblamiento del municipio dentro de un modelo de ciudad compacto y denso significa, en palabras llanas:

Mayor calidad de vida para las personas que ya no tendrán por qué destinar gran parte de su día y gasto en los largos traslados diarios (el Infonavit estima que un 30% de las viviendas con un crédito “vivo” en Tlajomulco de Zúñiga están vacías, pues las personas gastan hasta un 50% más en su transportación que en el pago del empréstito);

Se frenaría la ampliación de la mancha urbana en un crecimiento no sustentable por la alta demanda de recursos naturales y económicos (la migración de habitantes a la periferia exige nueva infraestructura y equipamiento, por ejemplo, educativo, y mientras en Guadalajara hay escuelas subutilizadas, el Estado duplica un gasto para construir más planteles al mismo tiempo que otros se desaprovechan);

Se beneficiaría el llamado tejido social al dejar de romper las relaciones sociales y familiares por las distancias intermunicipales;

Se nutriría la dinámica social y económica al interior del municipio como condiciones positivas para mitigar la inseguridad de las colonias (el Consejo Estatal de Población estima que la población perdida por Guadalajara en 20 años tendría hoy en día un Ingreso Percápita Anual acumulado de dos mil 228 millones 849 mil 951 dólares,  estimando para cada habitante, en promedio, 14 mil 281 dólares de Poder Paritario de Compra, PPC).

El reto presupuestal

El proyecto de deuda del que depende la puesta en marcha de la estrategia de repoblamiento para Guadalajara, se enfrentará a las condiciones financieras actuales del Ayuntamiento tapatío, con un endeudamiento que asciende a dos mil 680 millones de pesos, el más alto para un municipio a nivel nacional, aunque su pago le demanda apenas poco más del 5% del presupuesto municipal.

El rechazo de un nuevo crédito por 209 millones de pesos daría por descartados los planes  del Instituto Municipal de la Vivienda, con las consecuencias inherentes a la pérdida de habitantes que continúa; empero, esta administración ya tiene en su haber la autorización de un endeudamiento por mil 100 millones de pesos, el 14 de septiembre de 2010, para el programa de pavimentación con concreto hidráulico.

A esto se aúna que la Tesorería Municipal no tiene una buena perspectiva para las arcas públicas para el 2012, incluso espera un presupuesto menor al de 2011 (la primera expectativa era de cinco mil 221 millones de pesos, luego bajó a cuatro mil 947 millones de pesos, menos de lo ejercido este año: cuatro mil 973 millones de pesos).

La limitación presupuestal se refleja en las últimas inauguraciones de obra pública del Ayuntamiento, todas prácticamente (avenidas pavimentadas, la renovación de los corredores panamericanos de Lázaro Cárdenas y Pablo  Neruda y del entorno de la Minerva) con recursos del Fondo Metropolitano (una bolsa de los tres órdenes de Gobierno) y de la Federación, pero no de origen netamente municipal.

TELÓN DE FONDO
Intentos fallidos


Ante la estadística que marca que en las últimas dos décadas, Guadalajara ha perdido a más de 150 mil de sus habitantes, quienes, en su mayoría, por falta de opciones de vivienda, se trasladan a vivir hacia zonas de la periferia como Zapopan y Tlajomulco de Zúñiga, han sido múltiples los intentos del Gobierno municipal por paliar los pronósticos de despoblamiento. Como uno de los antecedentes más recientes, en 2008, durante la administración de Alfonso Petersen Farah, los proyectos para generar nuevas construcciones en el primer cuadro de la Perla tapatía eran ya parte de una estrategia para que pobladores ocuparan los espacios públicos de la ciudad, entre ellos, destacó el bosquejo para instalar la Villa Panamericana en el Parque Morelos, mismo que no pudo trascender al plano de lo real. En aquel entonces, Petersen Farah calificaba como” insuficiente”, la densidad poblacional de la capital del Estado, pues sus 65 habitantes por hectárea poco representaban para los 240 que mantienen metrópolis como Madrid y para los 180 sugeridos por organismos internacionales.

A tres años del último intento fallido, el actual alcalde tapatío, Aristóteles Sandoval Díaz, revive la propuesta de lado del Instituto Municipal de Vivienda, en una estrategia que se enfoca en 12 zonas de alta centralidad definidas principalmente por su cercanía con los corredores de movilidad (donde se encuentran las líneas del Tren Ligero y el BRT), por sus sistemas viales primarios (sus avenidas principales), así como por el aprovechamiento de viviendas existentes. Para lograrlo, se plantearon dos escenarios a 15 años: En la expectativa más modesta se aspira a la llegada de 150 mil habitantes; en el mejor de los casos, 250 mil.

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