Internacional
Oposición siria pide armas; Occidente apuesta por la vía política
Una declaración conjunta de los ministros de Exteriores subraya el compromiso de enviar ayuda militar únicamente a través del Comando Supremo
TURQUÍA, ESTAMBUL (20/ABR/2013).- La Conferencia de Amigos de Siria, celebrada en la tarde del sábado en Estambul, se ha cerrado con un alejamiento de posiciones entre los rebeldes, quienes insisten en solicitar ayuda militar, y los países occidentales y árabes, que insisten en buscar una salida política y negociada.
La reunión terminó así con un acuerdo de mínimos que procura, por una parte, volver a buscar el diálogo entre la oposición y Damasco y, por otra, promete canalizar la asistencia militar a los grupos rebeldes armados a través de un comando unificado.
"Esperamos poder encontrar una solución dentro del marco de los Acuerdos de Ginebra, pero si no es posible, seguiremos apoyando a la oposición y encontraremos nuevas vías", dijo en rueda de prensa John Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos y uno de los 11 ministros de Exteriores que se dieron cita en Estambul.
Kerry anunció una nueva aportación de 123 millones de dólares a los rebeldes en "equipamiento no letal", es decir distinto a armamento, que doblan la ayuda de Washington a la oposición hasta los 250 millones.
A partir de ahora, esta ayuda se canalizará a través del Comando Militar Supremo creado por la Coalición Nacional Siria (CNS), el paraguas que agrupa a la oposición.
Una declaración conjunta de los 11 ministros de Exteriores asistentes, (Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Arabia Saudí, Catar, Jordania, Egipto, Emiratos y Turquía) subraya el compromiso de todos los países implicados de enviar ayuda militar únicamente a través del Comando Supremo.
La escasa sintonía entre los representantes de la oposición siria y los países "amigos" quedó de manifiesto en que los primeros insisten en el derecho a defenderse y la necesidad de disponer de más armas, mientras que la declaración de los ministros de Exteriores insiste en su "firme apoyo a una solución política".
En su declaración final al término de la conferencia, la oposición promete que las armas "no caerán en las manos equivocadas".
En ese sentido, el documento llega a admitir que "en Siria hay elementos radicales/extremistas que siguen sus propios planes", una referencia apenas velada a Yabhat al Nusra, un grupo yihadista parte de la revuelta y que ha declarado su lealtad a Al Qaeda.
"Rechazamos y condenamos toda forma de terrorismo y toda ideología o mentalidad extremista", reza la declaración de la CNS.
Moaz Jatib, presidente de la Coalición, aseguró en la rueda de prensa de clausura que su organización "no tiene voluntad de cometer venganzas" y prometió una Siria con libertades para todos.
Pidió a Rusia que sea "más sensible" ante el sufrimiento del pueblo sirio, deseó que Irán deje de involucrarse en el conflicto e hizo un llamamiento a la milicia chií libanesa de Hizbulá para que "retire sus combatientes" de Siria.
El propio Moaz Jatib había insinuado a principios del año su disposición a negociar con representantes del presidente sirio Bachar Al Asad, pero sus palabras suscitaron amplias críticas en el seno de la propia Coalición.
Hace escasos días, portavoces de los Hermanos Musulmanes sirios, uno grupo influyente dentro de la CNS, volvieron a negar rotundamente la posibilidad de negociar con Asad o su entorno.
La declaración de la CNS emitida hoy lo formula de manera más cautelosa, al señalar que se buscará "una solución política y una transición en Siria, sobre el fundamento de que Bashar al Asad y las personas cercanas a él no pueden participar en esa solución ni ser parte de ella".
Una postura compartida por el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, anfitrión de la conferencia, quien apuntó que "quienes tienen las manos manchadas de sangre no pueden tomar parte en el proceso de transición".
La reunión terminó así con un acuerdo de mínimos que procura, por una parte, volver a buscar el diálogo entre la oposición y Damasco y, por otra, promete canalizar la asistencia militar a los grupos rebeldes armados a través de un comando unificado.
"Esperamos poder encontrar una solución dentro del marco de los Acuerdos de Ginebra, pero si no es posible, seguiremos apoyando a la oposición y encontraremos nuevas vías", dijo en rueda de prensa John Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos y uno de los 11 ministros de Exteriores que se dieron cita en Estambul.
Kerry anunció una nueva aportación de 123 millones de dólares a los rebeldes en "equipamiento no letal", es decir distinto a armamento, que doblan la ayuda de Washington a la oposición hasta los 250 millones.
A partir de ahora, esta ayuda se canalizará a través del Comando Militar Supremo creado por la Coalición Nacional Siria (CNS), el paraguas que agrupa a la oposición.
Una declaración conjunta de los 11 ministros de Exteriores asistentes, (Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Arabia Saudí, Catar, Jordania, Egipto, Emiratos y Turquía) subraya el compromiso de todos los países implicados de enviar ayuda militar únicamente a través del Comando Supremo.
La escasa sintonía entre los representantes de la oposición siria y los países "amigos" quedó de manifiesto en que los primeros insisten en el derecho a defenderse y la necesidad de disponer de más armas, mientras que la declaración de los ministros de Exteriores insiste en su "firme apoyo a una solución política".
En su declaración final al término de la conferencia, la oposición promete que las armas "no caerán en las manos equivocadas".
En ese sentido, el documento llega a admitir que "en Siria hay elementos radicales/extremistas que siguen sus propios planes", una referencia apenas velada a Yabhat al Nusra, un grupo yihadista parte de la revuelta y que ha declarado su lealtad a Al Qaeda.
"Rechazamos y condenamos toda forma de terrorismo y toda ideología o mentalidad extremista", reza la declaración de la CNS.
Moaz Jatib, presidente de la Coalición, aseguró en la rueda de prensa de clausura que su organización "no tiene voluntad de cometer venganzas" y prometió una Siria con libertades para todos.
Pidió a Rusia que sea "más sensible" ante el sufrimiento del pueblo sirio, deseó que Irán deje de involucrarse en el conflicto e hizo un llamamiento a la milicia chií libanesa de Hizbulá para que "retire sus combatientes" de Siria.
El propio Moaz Jatib había insinuado a principios del año su disposición a negociar con representantes del presidente sirio Bachar Al Asad, pero sus palabras suscitaron amplias críticas en el seno de la propia Coalición.
Hace escasos días, portavoces de los Hermanos Musulmanes sirios, uno grupo influyente dentro de la CNS, volvieron a negar rotundamente la posibilidad de negociar con Asad o su entorno.
La declaración de la CNS emitida hoy lo formula de manera más cautelosa, al señalar que se buscará "una solución política y una transición en Siria, sobre el fundamento de que Bashar al Asad y las personas cercanas a él no pueden participar en esa solución ni ser parte de ella".
Una postura compartida por el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, anfitrión de la conferencia, quien apuntó que "quienes tienen las manos manchadas de sangre no pueden tomar parte en el proceso de transición".