Internacional
Desaparición del cuerpo de “Reyes” genera dudas
El cadáver no fue legalmente sepultado en Bogotá y que en medio de todo el enredo hay gato encerrado”, señaló la revista
BOGOTÁ.- La revista colombiana “Semana” advirtió que en la desaparición del cadáver del segundo jefe de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Raúl “Reyes”, “hay gato encerrado”, que tendrán que explicar las autoridades.
La publicación aseguró que las contradicciones oficiales sobre el paradero del cuerpo del guerrillero, abatido en Ecuador hace un año, son más elocuentes que las explicaciones entregadas.
“Lo único seguro hasta ahora es que su cadáver no fue legalmente sepultado en Bogotá y que en medio de todo el enredo hay gato encerrado”, señaló la revista.
Recordó que hasta hace unas semanas las autoridades afirmaban al unísono que el cuerpo había sido entregado a sus deudos, versión que se fue diluyendo en los últimos días.
A ello se sumó la revelación del noticiero RCN, de que la licencia de inhumación para el cadáver de “Reyes” fue tramitada por un miembro de la Policía el 11 de marzo de 2008, 10 días después de ser abatido.
“El documento, expedido por la Secretaría de Salud del Distrito y requisito para sepultar legalmente cualquier cadáver, aprueba que el cuerpo sea enterrado en el cementerio del Sur de Bogotá, sin embargo, allí no hay registro de esa inhumación”.
La publicación aseguró que las contradicciones oficiales sobre el paradero del cuerpo del guerrillero, abatido en Ecuador hace un año, son más elocuentes que las explicaciones entregadas.
“Lo único seguro hasta ahora es que su cadáver no fue legalmente sepultado en Bogotá y que en medio de todo el enredo hay gato encerrado”, señaló la revista.
Recordó que hasta hace unas semanas las autoridades afirmaban al unísono que el cuerpo había sido entregado a sus deudos, versión que se fue diluyendo en los últimos días.
A ello se sumó la revelación del noticiero RCN, de que la licencia de inhumación para el cadáver de “Reyes” fue tramitada por un miembro de la Policía el 11 de marzo de 2008, 10 días después de ser abatido.
“El documento, expedido por la Secretaría de Salud del Distrito y requisito para sepultar legalmente cualquier cadáver, aprueba que el cuerpo sea enterrado en el cementerio del Sur de Bogotá, sin embargo, allí no hay registro de esa inhumación”.