Sobre Uber, drones y las nuevas realidades
Si en la Ciudad de México ya se está debatiendo el uso de Periscope por parte de funcionarios, en el sentido de si viola o no la privacidad de las personas, en Jalisco, ¿nos estamos tardando en discutir el uso de drones para combatir la inseguridad?
El dilema surge por un comunicado de la Policía de Guadalajara. Gracias a un dron, identificaron un auto recién robado dentro de una finca en la Colonia San Marcos. La Policía actuó bajo denuncia de un ciudadano afectado que pidió auxilio a uniformados tras geolocalizar su vehículo en el sitio. Ante la imposibilidad de ingresar al inmueble para reclamarlo, se usó el dron y se corroboró el hurto. La corporación compartió imágenes del interior de la finca (un espacio privado).
El resultado es positivo, pero surgen muchas preguntas. Los drones no están prohibidos, pero tampoco debidamente regulados. Sobrevolar fincas sin criterios preestablecidos puede convertirse en un dilema y en un problema a la luz de criterios jurídicos, sobre todo en materia de derechos humanos como el de la privacidad. ¿Estaremos a la altura de iniciar un debate o de esperar, como en el caso de Uber, a que la ola nos reviente en la cara?
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Al cierre de esta cantina, ya pasada la medianoche, el pleno del Congreso seguía desolado y sin iniciar la sesión convocada a mediodía. La regulación de Uber y City Drive enfrentó a dos bloques de diputados durante todo el día: los naranjas, azules y Enrique Aubry, contra los rojos encabezados por Claudia Delgadillo. El punto de desacuerdo: restringir o no a una modalidad el pago en efectivo.
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Nos cuentan que Ismael del Toro argumentó que el Gobierno de Jalisco subió a la web el padrón de concesionarios de taxis apenas ayer después de la rueda de prensa de alcaldes metropolitanos y legisladores naranjas. Ese listado es información fundamental en la página de la Semov, y ahí ha estado siempre. Al parecer los que no saben buscar en Google ni conocen la Ley de Transparencia son los diputados, los ediles y desde luego, los asesores de todos. “No tenemos remedio”, como diría José Woldenberg.
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