Sesudos análisis del costo de una curul
Tienen fama de levantadedos y son conocidos por faltistas. No se les descuentan los días que no trabajan y tienen equipos obesos que cuestan a todos. ¿Qué más necesitan saber? Se pueden ahorrar los análisis sobre la productividad de los legisladores de Jalisco: es de sobra conocido que los diputados no son productivos.
Los esfuerzos por medir su trabajo tienen mucho tiempo. Hay esfuerzos académicos notables, pero en general la medición de la productividad legislativa es un camino malhecho que no conduce a ningún lado.
¿Por qué? Porque se mide algo que aún exitoso, puede ser intangible: el diseño de una sociedad y el trabajo de equilibrio de poderes.
Esta semana se anunció, otra vez, un grupo de interesados en medir el costo beneficio de los diputados locales. En esta ocasión es el Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, de la mano del priista Miguel Castro Reynoso.
Pero ¿cómo saber que una legislatura vale la pena? ¿Depende de la cantidad de veces que se presentaron sus legisladores, el número de iniciativas que llevaron, la cantidad de páginas que no plagiaron de Wikipedia?
Volteando hacia atrás, creen que ¿es relevante para la historia la cantidad de días que trabajaron los constituyentes? Porque también tenían problemas con los faltistas, y muchos. Cito un extracto de Francisco Zarco sobre una sesión de 1856:
“La Comisión de Gobernación presentó un dictamen sobre las excusas que para no asistir a las sesiones han alegado los señores Camarena, Couto y Romero. El primero renunció al cargo porque está al frente de una negociación de minas; el segundo dice que está ocupado en asuntos del servicio público y el tercero manifiesta que está enfermo. La comisión consultó que no se admitía la renuncia del señor Camarena, porque el cargo de representante debe ser preferente a cualquiera otra ocupación, que el señor Couto asista a las sesiones y después pida licencia para dedicarlo a cualquiera comisión de servicio y que el señor Romero compruebe debidamente su enfermedad”.
Y quedaron en la ignominia de la historia, pero el resultado de los trabajos del Constituyente del 56-57 de ninguna manera podrá medirse con la vara de los Camarena, Couto y Romero.
Limiten el sueldo, reduzcan los equipos, descuenten los días, quiten prestaciones —no necesitan de un estudio sesudo para hacerlo—, pero no midan la productividad legislativa en función de la asistencia o el número de bobadas que llevan a tribuna. A veces lo que se requiere es trabajo arduo para detener una iniciativa anticonstitucional, un proyecto retrógrada, una reforma autoritaria. Y eso dónde se pone. El veto cuántos puntos tiene.
El Congreso de Jalisco es vergonzoso, eso no necesita comprobación, no le den vueltas, ni mareen al respetable con estériles proyectos de mediciones inútiles. Reduzcan costos, es todo.