Ideas

¿Raíz nazi del PAN?

Debo reconocer que me dejó azorado la lectura de la obra titulada La raíz nazi del PAN. Se trata de un libro de muy reciente aparición que se debe a Rafael Barajas, conocido caricaturista que firma como “El Fisgón”.

Pues bien: el hombre también sabe escudriñar, organizar y escribir, tres operaciones que constituyen el fundamento principal de cualquier estudio serio de la sociedad y le permiten al autor, además de todo, sustentar debidamente sus asertos, por muy arriesgados que éstos parezcan.

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Obviamente, desde el nombre de dicho partido: “Acción Nacional”, fundado en 1939, sugería relaciones con la entonces triunfante derecha española que marchó durante tanto tiempo del brazo del fascismo italiano y del nazismo alemán; pero mi ignorancia era crasa respecto a las ligas tan profundas, con el más feroz totalitarismo del siglo XX, de personajes mexicanos influyentes en el dicho PAN, mismo que incluso llegué a respetar por una supuesta vocación democrática de la que tanta alharaca se ha hecho en los últimos años. >

Lo cierto es que no esperé hallarme ligas tan poderosas del PAN con el ultra conservadurismo francés y, sobre todo, con el franquismo español, cuyos crímenes y cerrazón nunca fueron disimulados.

Tampoco pensé que hubiese habido tal servilismo con el Instituto de Cultura Hispánica que alentaba los intentos de reconquista de sus ex colonias americanas. >

Confieso que me dolió mucho conocer algunas de las acciones y asociaciones que nunca imaginé de personas como Gómez Morín, Efraín González Luna y Preciado Hernández con personajes que tacharía como de la peor ralea política.

Me gustaría, sin duda, que algunos panistas que han medrado tanto de dicho partido leyeran con calma este libro y, conforme a sus conocimientos del mismo y de sus principales dirigentes de antaño y de hogaño, procedieran a desmentir con los pelos de la burra en la mano sus duras conclusiones. Sin embargo, parece que dichos pelos están en poder de “El Fisgón” y sus argumentos resultan incontrovertibles. >

Me gustaría que, además de obras como la conferencia España Fiel, de Gómez Morín, entre muchas otras cosas, y diversos artículos de los demás en revistas tales como La Nación y La Reacción(?) pudieran encontrar una explicación menos alarmante.

Por cierto que, además, en este libro encontré argumentos para repudiar la figura de José Vasconcelos aún más de como lo manifesté el 18 de julio de 1971 en un novel artículo titulado “Vasconcelos y la Revolución Mexicana”, con el cual debuté como colaborador de El Informador en aquella benemérita “Sección Cultural”, en la que fui gentilmente acogido por Don Jorge.

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