Ideas

Que fácil es engañarse a uno mismo

Hay maestros del autoengaño, especialistas en repetirse sus propias mentiras, hasta convencerse de que son auténticas verdades.


El mentiroso compulsivo se puede mirar al espejo y decirse con una sonrisa burlona que sus engaños son tan inteligentes que nadie lo va a descubrir. Y de hecho obra y actúa como si tuviera una profunda convicción de que se saldrá con la suya.


Bueno, se jura tan astuto que vive con su propia ley, engañar y engañarse.  Al fin, ni él  mismo cree que sea capaz de aceptar lo falso que es.


Por eso los alcohólicos y adictos van a negar lo que tienen, pues les fascina atenuar su realidad para seguir consumiendo, sin que su propia conciencia se los impida.


Viven una fantasía muy lógica y congruente, son astutos creadores de excelentes obras de teatro para justificar su propia vida diaria.


Su inventiva no tiene límites, lo que  tengan que construir lo harán sin duda alguna. Hay que seguir con el placer y el vicio a como dé lugar.


El que los contradiga o cuestione tendrá que escuchar una larga lista de explicaciones, razones, argumentos y recursos del porqué continuar con su amigable vida de mentiras.


Una de sus  especialidades es darle atole con el dedo a todos los que lo cuestionan, le dirán que tienen razón, que ya no van a seguir bebiendo, que van a cambiar, que ya tocaron fondo.

Pero su sistema de engaños sólo hace afinar la fórmula para seguir creando expectativas que ellos mismos saben que nunca se van a cumplir.


Desde niños aprendieron a evitar los regaños y castigos, dándole por su lado a todos. Con tal de que los dejen en paz, envuelven a cualquiera con sus propias fantasías. Pero de que finalmente van a hacer lo que les viene en gana, es una realidad. Además lo van a tratar de hacer en lo oscuro para que no los vean y los cachen,  así pueden seguir con su brillante autoengaño.


Muchos adictos son expertos en un estilo de vida lleno de mentiras. Lo único que  no pueden ocultar,  es su enfermedad.

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