Ideas

¿Por qué pita la gente?

La ciudad en bicicleta es distinta. Hace unos meses hubiera dicho que era más lenta y cadenciosa, hoy la ciudad en bicicleta es más rápida y menos histérica, gracias a la cantidad de frentes de obra, pero sobre todo a la cantidad de autos. Hay cosas que sólo se ven en bicicleta, y otras que sólo se sufren en bicicleta, como las alcantarillas flojas; los pésimos terminados de los pavimentos tapatíos; las olas que dejan los frenos de los camiones en cada esquina, etcétera. Pero también hay cosas se sólo se oyen en bicicleta, entre ellas el abuso del claxon entre los tapatíos. ¿Por qué pita la gente? “Pus nomás”, como diría el “No Hay”, el famoso personaje de Héctor Suárez. Dentro de esos “pusnomases” podemos encontrar una tipología. El nostálgico. Estos son en general adultos mayores que están en la flor de la senectud. Son primera generación de conductores, pues sus padres nunca manejaron. Cuando ellos aprendieron a manejar y compraron su primer coche, tener un auto distinguía y bastaba sonar el claxon para que les abrieran paso. Ir arriba de un auto los hacia sentir realmente superiores. 50 o 60 años después siguen pitando, pero hoy el mundo no se mueve: nadie les abre paso, nadie los deja pasar. Sin embargo, al sonar el claxon los nostálgicos se acuerdan que un día tener auto los hizo sentirse diferentes y hoy pitan cada vez que algo les pasa por enfrente, es decir, cada 30 segundos. El hombre (mujer) de fe: México es un país piadoso, ni quien lo dude. La fe se muestra no sólo en los actos religiosos sino en la vida cotidiana. Siempre estamos esperando el milagro: sacarnos la lotería, que el jefe llegue después que nosotros, que la escuela se queme para que no haya examen, en fin, un milagro. Los piadosos, que están convencidos que la fe mueve montañas, creen fervientemente que el claxon mueve a los coches de adelante y pitan con toda la fe de que, algún día, tras pegarse al claxon, los autos se abrirán, como las aguas del Mar Rojo, y podrán pasar sin contratiempos y llegar a tiempo a donde van (la opción mundana, es decir, salir más temprano de sus casas, no la han considerado). El histérico. Según el Diccionario de Ciencias Mi Alegría,  instante es “el tiempo que transcurre entre que se pone el verde en el semáforo y pita el imbécil de atrás”. Antes había en promedio un histérico por semáforo, hoy el número de histéricos se ha multiplicado de tal manera que cada semáforo es un concierto. Todos saben que usar el claxon no sirve para nada, esto no es un tema de ignorancia ni de educación, es un asunto de trastorno mental psico-móvil: ir por las calles los pone de mal humor, los hace sentir que están perdiendo el tiempo y que hoy su vida es una desgracia. Mañana harán exactamente lo mismo. ¿Por qué pita la gente? Porque los carros tienen claxon. No se quién fue el primer humano que le puso corneta a su automóvil (su carcacha, pues), pero si los milagros existen y el infierno también, Dios lo tenga refundido en lo más profundo del averno.
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