Peña Nieto no la tiene fácil
A unas horas de haber asumido la Presidencia de la República y de haber dado a conocer a los integrantes del equipo de trabajo que le habrán de acompañar en lo que sin duda alguna será el reto más difícil de su carrera política, a Enrique Peña Nieto le debe de quedar bien claro que “no la tiene fácil”, pues las circunstancias del país y la actitud mostrada por los partidos políticos (aparente civilidad, pero sólo aparente), no se había presentado en ninguna otra época.
Muestra de ello es que ningún pre candidato, ningún candidato y ningún presidente electo había llegado a ocupar la silla presidencial de nuestro país con tanto ruido, reticencia y escenario poco favorable –sobre todo en las calles- como el mexiquense. Se trata de un fenómeno que no cuenta con antecedente alguno en la política moderna del país, vaya, ni siquiera los casos de Vicente Fox y el propio Felipe Calderón habían sido tan depauperados antes de siquiera tomar el poder.
En el caso de Vicente Fox se puede decir que hasta fue recibido con las fanfarrias de la esperanza que auguraban una transición hacia la plena democracia, pero ya ven ustedes, se quedó en una mera expectativa o buen deseo de propios y extraños. Años antes, Carlos Salinas de Gortari había tenido que “pasar saliva”, luego de que su “triunfo” sobre Cuauhtémoc Cárdenas fue seriamente cuestionado y su ingreso a la Cámara de Diputados (para la toma de protesta de ley), se dio bajo circunstancias de mucha tensión hasta el último momento anterior al acto protocolario.
Y en el caso de Felipe Calderón, seguramente usted lo recordará, el PRI tuvo que operar su toma de protesta, pues de lo contrario no se hubiera dado.
Por supuesto que estos hechos tienen varias lecturas y todo depende de las simpatías, antipatías, ideología, filiación política —o todo lo contrario— de quien las haga, pero es más que claro, que no sólo los primeros 100 días, sino que el resto de la administración se definen luego de la toma de protesta.
La tentación del poder
En los nombres de los integrantes del gabinete formal y el ampliado dado a conocer, se ven personas con experiencia —la mayoría mexiquenses—, por lo que no se podrá criticar que arriban personas sin oficio lo que sin duda alguna también lleva un mensaje para las nuevas generaciones, mismas que seguramente aspiran a llegar a ocupar alguna responsabilidad de importancia, pero para ello deberán demostrar que son capaces de vencer la tentación del poder, ese que en otras ocasiones ha sido la perdición de las buenas intenciones.
¿Cómo servir a México?
La congruencia entre el decir y el hacer; entre lo prometido durante las campañas y lo que habrán de llevar a cabo, es la mejor de las referencias, pero si además se quiere agregar algo de celebridad, habría que decir que la medida deseable de servir, es poder servir a México sin medida.