Ideas

Laura García Maciel: semiología de la vida cotidiana

“Mira Maya, para mí la espiritualidad es muy importante; jovencita empecé en su búsqueda. Todos tenemos un llamado que debemos escuchar. Y dicen que el que busca… encuentra. En México    ingresé a un grupo de estudio bíblico. Habiendo pasado por la Dianética, Silva Mind Control, y encontré una espiritualidad y percepción del cristianismo muy diferente: estamos bautizados, más no evangelizados. Ignoramos los evangelios que son  las enseñanzas de Jesús.

“En  México conocí a mi esposo y llevamos 35 años de casados. Regresándonos a Guadalajara, formé un grupo bíblico con 15 señoras, compartiendo lo aprendido en el curso: ‘El desafío de ser mujer’, espiritual, con valores, bases y cimentada en su creencia. Me dije, no tengo que ir a China, India... se nos abren las puertas de Dios donde nacemos, sin verlo, porque nos cerramos a la voz del espíritu.

“Un suceso físico me desmotivó, me bajó el ánimo, diciéndome: ‘tienes depresión’. Coincido con una amiga para que vayamos a México a tomar el curso ‘Semiología de la vida cotidiana’. Eran cientos de personas escuchando. Los talleres son de muchísimos temas impartidos por el Dr. Alfonso Ruiz Soto, una mente sabia, que pensé: ‘Qué bueno que está vivo y lo estoy escuchando’. Mi primer curso: ‘El conocimiento de sí mismo’, abriéndome un panorama, cómo soy y cómo funciono. A pesar de mí, mi educación, quedándome claro que existen cosas de mí que no  puedo negociar. Tú eres como eres, por alguna razón. No es bueno ni malo, así eres. La luz como la sombra, no puedes negarlas, son parte de ti. Adecuándose mi mente a la autoaceptación cómo soy, consiente de una misión qué cumplir aquí. La primera misión es ser felices y justos. Aplaqué mi espíritu saliendo de la  baja de motivación.

“‘La semiología de la vida’, después de los, proverbios, son los mejores tratado de las relaciones humanas. La semiología está basada en el funcionamiento de las hormonas y tenemos siete básicas.   Misteriosas que últimamente han desarrollado su estudio. Todas las hormonas funcionan, una más que otra, determinando pelo, físico, nivel de energía, que es tu esencia. Estudio llamado Heptagrama. Concluyendo cómo somos por nuestras hormonas; es importante comprender que así somos, sin condenarnos, si vivimos sin aceptarnos podemos volvernos extremosos, para el lado que quieras, volviéndonos amenazantes para las personas.

“Una persona tiene tres características básicas: ‘Huella de abandono’, ese niñito que no pidió nacer percibe emociones, va defendiéndose y desarrollando mecanismos de defensa; ‘Aceptación’, te quieren los padres, más no te aceptan como eres; ‘Esencia’, no es negociable con nadie. Tú eres así, son tus armas para encontrar la felicidad aquí. La Semiología, según la clásica definición de Ferdinand de Saussure, me explica: ‘es la ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social y el significado profundo de las cosas’. Tiene conocimientos ancestrales del cristianismo antiguo y de los Lamas. Me acepté, tuve conocimiento de mí misma, no  estoy condenándome constantemente, y (estoy) agradecida de cómo soy tratando de vivir con más equilibrio. ‘Castidad y sexualidad’, los dos te llevan a la iluminación. La sexualidad es sagrada, vivimos en un mundo  bombardeados de enemigos espirituales. La energía de más alto nivel es la sexual. Es pasión, querer hacer, trabajar. Si no la reciclas te haces una persona extremosa. Compulsiones: limpieza, adicciones, conocimiento. Todo lo extremoso te habla de un desequilibrio interno.

“El Heptagrama comprende ojos, labios, senos, cabellos, colección de rasgos, acciones cotidianas, aparentemente anodinas donde se proyectan elementos constitutivos de la esencia de cada individuo,  actitudes, preferencias, respuestas frente al poder, sexo, comida, dinero. Se encuentran en el código genético, dictado imperioso del sistema endocrino, manifestado en la secreción hormonal de cada glándula. Eres como eres porque tus glándulas así son. La secreción hormonal marca la pauta de rasgos sociológicos y fisiológicos, generando los siete tipos humanos básicos y sus variantes, de acuerdo a sus puntos de gravedad y solidaridad. Este conocimiento facilita observar sin juzgar, aceptar a las personas como son, no rechazarlas porque ‘me gustaría’ que fueran de otro modo: Y aceptarnos a nosotros mismos”

Gracias Laura García Maciel, por traer a esta columna un tema tan valioso.

maya.navarro@hotmail.com

Sigue navegando