La verdad tras los movimientos en Gruma
El pasado jueves 13 de Diciembre, la Asamblea de Accionistas de GRUMA adoptó los siguientes acuerdos: PRIMERO, aprobó un monto máximo para la compra de acciones propias por $4,500’000,000.00; SEGUNDO, se eligió a JUAN ANTONIO GONZÁLEZ MORENO como Presidente del Consejo de Administración, y a CARLOS HANK GONZALEZ como Vicepresidente de dicho órgano de gobierno, se incorporan como consejeros a Mayra y Roberto Gonzalez Moreno y a Eduardo Livas Cantú, además se calificó la independencia de 11 de los 16 consejeros que conforman el referido Consejo de Administración de GRUMA, dentro del cual destacan consejeros tales, como: Alfonso Romo, Adrián Sada Gonzalez, Juan Manuel Ley, Bernardo Quintana, Dr. Juan Diez-Cañedo; Mario Laborín.
Al día siguiente de la referida Asamblea de Accionistas de GRUMA, las secciones de negocios de algunos de los principales diarios publicaron como nota central los siguientes titulares: “Hijo de González Barrera sube a presidencia y nieto a vicepresidencia, afianzan control de GRUMA”; “Aprueban que toda la familia tenga puestos en el Consejo; advierten riesgos”; “Juan González Moreno, nuevo presidente de GRUMA”; “Carlos Hank González fungirá como vicepresidente”.
Es evidente que lo que GRUMA representa justifica el espacio en “titulares” que le dio la prensa de negocios, pero considero que no ha sido muy afortunada la forma y el fondo como fueron abordados estos hechos por algunos analistas y medios. Esto, especialmente en un país que requiere urgentemente desarrollar su cultura empresarial, hacia una mejor cultura corporativa.
Ejemplo de lo poco que abonan dichas notas periodísticas a la promoción de la necesaria institucionalización de las empresas familiares de nuestro país, son aseveraciones como las siguientes: “Podría ser un riesgo que la familia se esté metiendo a la operación, ya que estaría generando algunos conflictos de interés y los accionistas minoritarios podrían sentirse desprotegidos”; “…se podría estar privilegiando intereses en lo que la familia es la controladora”. Estas aseveraciones quedan en entredicho al analizar, que:
PRIMERO. Al 26 de abril Don Roberto González Barrera y su familia detentaban el 50.05% de las acciones de la sociedad, Archer – Daniels-Midland poseía el 23.22% de las mismas, y Otros Accionistas, participantes del mercado de valores tenían el 26.73%. Esta estructura accionaria demuestra que la familia de Don Roberto detentaba el control de la sociedad de manera previa a la citada transacción.
Por lo anterior, podríamos presumir que el objetivo de dicha transacción no fue el consolidar una posición o el control, pues la recompra de la acciones solo representó para la familia de Don Roberto el incrementar su participación accionaria del 54% al 65%.
SEGUNDO. El Consejo de Administración de GRUMA al 26 de Abril estaba compuesto por 17 Consejeros propietarios y sus respectivos suplentes de los cuales 4 eran miembros de la familia de Don Roberto, quien lo presidia; la mencionada asamblea de accionistas de GRUMA del jueves de la semana pasada acordó que su Consejo de Administración estará compuesto por 16 Consejeros, de los cuales 11 son independientes y 5 son miembros de la familia González Moreno, y solo 4 de estos tienen como suplente a un familiar.
Además es importante mencionar que 13 de los 16 consejeros son los mismos que venían desempeñando su encargo de manera previa, la mayoría de estos desde hace más de dos años, y que de los 3 nuevos consejeros, solo 2 son familiares de Don Roberto.
En resumen, la verdad, que se debió promover en los medios en beneficio de la cultura empresarial de nuestro país, es que GRUMA consolidó el 13 de diciembre una exitosa sucesión, logró afrontar exitosamente el primer gran reto posterior a la muerte de su fundador y nos deja para el análisis que: Institucionalizar una empresa no es des-familiarizarla; una empresa familiar institucionalizada tiene una sólida ventaja competitiva en su Consejo de Administración y en su equipo directivo; el mercado de valores es el camino para la permanencia de la empresa familiar; y que existen los mecanismos y procedimientos corporativos para mantener el legítimo control de la empresa.