Ideas

La muerte de Tenamaztle

No ha dejado de avanzarse en el conocimiento de Tenamaztle desde que se decía que este líder cazcán se había esfumado en las serranías, después de la derrota que sufrió su gente en El Mixtón, a manos de la gigantesca expedición que organizó el virrey Antonio de Mendoza, pasando a sangre y fuego a cuantos grupos indígenas se topó en el camino.

Un gran pasó lo dio Miguel León-Portilla en 1995 reuniendo algunos textos entonces recién aparecidos y otros de los que no teníamos noticia alguna en su libro titulado "La flecha en el blanco", publicado por El Colegio de Jalisco y la hoy extinta editorial Diana.

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Entre otras aportaciones que paso por alto, "La Flecha…" dejaba claro que Tenamaztle se había entregado al obispo atenido a una promesa que no cumplió y acabó pasando a Valladolid donde se encontró con Bartolomé de las Casas, quien redactó en su nombre un memorial al Rey que resulta de un interés extraordinario. Como dice León-Portilla, en ese documento Tenamaztle esgrime unos argumentos dignos de cualquier buen discurso descolonizador proferido  en la Asamblea General de la ONU. >

Lo que no quedó establecido fue si Tenamaztle había muerto en Valladolid, donde pasaba mucho frío, o logró regresar a su tierra como lo pidió reiteradas veces al Rey.

El último gran paso lo dio Carlos Gómez Mata, laguense de pro, quien ha destacado ya sobremanera que aquella tierra suya está muy lejos de ser exclusivamente blanca, como paisanos suyos se han empeñado en querer demostrar con una vocación más racista que científica. Ahí están sus trabajos sobre los negros en Lagos (2011), sobre sus raíces indias (2006) así como la rica toponimia prehispánica y los vocablos prehispánicos todavía en el  habla actual (2010). >

Gómez Mata acaba de dar un gran paso ordenando lo que ya se sabe y agregándole los descubrimientos que él mismo realizó principalmente en el sevillano Archivo General de Indias, gracias a los cuales podemos estar seguros que Tenamaztle, denominado el “primer guerrillero de América”, lo cual es mucho mejor que el colonizado concepto de “Cuauhtémoc tapatío”, como alguien lo bautizó haciendo gala de pésimo gusto, falleció en Valladolid el 5 de octubre de 1556.

Una emotiva felicitación se merece Gómez Mata. Ahora deberíamos ir en busca del sitio donde quedaron sus restos con el ánimo de traerlos para recordar a propios y extraños que también en la cazcana hizo aire… >

Lo que sí lamento sinceramente es que un libro de tanto valor no haya merecido una edición más digna. Se podría escribir un artículo más largo que éste señalando todos los desfiguros editoriales. Me permito poner un solo ejemplo: al impresor se le olvidó poner los números de las páginas. Ojalá que pronto repare el daño.

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