Ideas

La codicia y la ambición son el sustento de la corrupción

Aunque no es un mal exclusivo de los mexicanos, sí es muy cierto que lo practicamos con singular destreza y constancia.

Tampoco es un hábito exclusivo de los políticos y burócratas, sino que también lo padecen los empresarios, los profesionistas y los comerciantes.

>

¿Qué motiva a ser corrupto? Por supuesto que hay muchas posibles respuestas, al menos voy a dar mi percepción. >

Se dice que los factores que favorecen más la corrupción son tratar de ganar más o conseguir lo que se desea, por un camino más fácil y con menor esfuerzo. A tener beneficios personales por encima de los colectivos, por lo que es una visión muy egoísta.

Esta promovido por un ambiente social que lo facilita y justifica al cantar victoria del “si todos lo hacen, ¿por qué yo no?”. Un comportamiento que se ha generalizado tanto, que acaba por convertirse en parte de un sistema de vida. Y para acabarla de amolar, se acompaña de una maravillosa impunidad que elude topo tipo de procedimientos legales, también con la estratégica capacidad de mentir, y de cínicamente solicitar “que me lo demuestren”. >

Sobre el origen de esta conducta, hay una interesante descripción que realiza un clérigo, político, escritor y defensor de los indios del siglo XVII, llamado Juan de Palafox y Mendoza (1600-1659) en su estudio sobre las virtudes del indio de la Nueva España, escritas a su Majestad el Rey Felipe IV. En la que señala que: “los indios están libres de la ambición que es natural en los hombres, porque son poquísimos los indios que aspiren con vehemencia a los puestos de gobernadores y alcaldes que les tocan, antes hacen con  mucha paz las elecciones; y si hay algunos que las revuelven, son mestizos que ya salen de su nación...elegían a sus alcaldes con tanta sinceridad y tan sin ambición obran en las elecciones”.

De igual manera describe el tema de la codicia en los indios al señalar: “no la conocen los indios comúnmente, y rarísimo se hallarán que amen el dinero, ni que busquen la plata, ni la tengan más que para un moderado uso y sustento; ni juntan unas casa a otras ni unas heredadas a otras, sino que con parsimonia moderadísima vive cada uno contento con su estado”. >

Así que de esta forma vemos que la raíz de la corrupción se centra más en la ambición y la codicia, y que estas no son propias del mundo mesoamericano, y que provienen de los vicios de los conquistadores.

Los corruptos se forjan al tener ambiciones egoístas y no pensar en los demás. Poseen la debilidad de acumular riqueza y ser avaros. De gustar de los lujos y privilegios y de aspirar a tener un mejor nivel de vida, y no estar contentos con lo que ya tienen.

En conclusión, es un vicio importado por los extranjeros que bien se ha arraigado en México, y ahora con nuestro ingenio, la hemos perfeccionado.

Sigue navegando