¡Inolvidable Carlos Miloc Pelachi!
Apodado el “Tanque” por su envergadura física, era un futbolista alto y muy fuerte cuando lo trajo el Morelia en el año de 1957 e hizo historia con el equipo de la capital michoacana por su entrega, fuerza y ser todavía hoy el tercer máximo artillero del equipo purépecha en la historia del club, sólo superado por el chileno Marco Antonio “El Fantasma” Figueroa, que es el máximo anotador, y el mexicano Mario “El Mudo” Juárez que es el segundo en la lista de goleadores del Morelia, y luego el famoso “Tanque” Miloc, quien apenas el pasado sábado 25 de febrero murió debido a problemas respiratorios en Monterrey, Nuevo León, a los 85 años de edad, pues había nacido un 9 de febrero de 1932 en Montevideo, Uruguay, en el seno de una familia de emigrantes yugoslavos de la entonces región de Croacia, hoy con la desintegración yugoslava, convertida en una nación.
Cuando niño, Miloc destacaba por su talla y fuerza física, pronto se hizo aficionado al futbol y comenzó a jugar en las calles y terrenos baldíos (los populares potreros), donde empezó a tomar notoriedad por nunca rehuir una pelea y lo fuerte que le pegaba al balón. Sus dotes de goleador lo llevaron al Nacional de Montevideo, que comparte la idolatría de los charrúas junto con el Peñarol, otro de los grandes equipos del futbol uruguayo.
Conoció por aquellos años a una hermosa joven llamada Renee, que se convertiría en Señorita Uruguay en un certamen de belleza nacional, al poco tiempo se casó con ella y vivieron juntos hasta que el pasado sábado la muerte lo sorprendió en suelo mexicano, país al que tanto amó y donde nacieron sus dos hijos: Sayonara Morelia y Carlos, ambos en la capital michoacana cuando el “Tanque” hacía temblar las porterías enemigas por sus furiosas cargas y auténticos “cañonazos” al disparar al arco rival. En nuestro país jugó en Morelia, Irapuato y León, le puso a su hija Sayonara Morelia, por la palabra japonesa que significa adiós y Morelia por la ciudad que lo cobijó cuando llegó a México y donde nacieron sus hijos.
Cuando dejó de jugar se convirtió en entrenador y dirigió varios equipos como Morelia, San Luis, Torreón, Pachuca, Tecos y América, del que llegó a decir que podría dirigirlo por teléfono, debido a la calidad de su plantel, pero fue con los Tigres de la UANL donde alcanzó sus mejores momentos ganando una Final de Copa al América con un golazo de Edmundo Manzotti, y dos títulos de Liga uno a los Pumas (77-78) y otro al Atlante (80-81), éste en penales. Tuvo un equipo tan bueno y espectacular con figuras como el portero José Pilar Reyes, Osvaldo Battocleti, Tomás Boy, Gerónimo Barbadillo, Walter Daniel Mantegaza y Héctor Hugo Eugui, que fue conocido como “Los Tigres de Miloc”, cuyo orgullo de no perder nunca un Clásico Regio se llevó a la tumba. Ya habrá oportunidad de escribir un poco más sobre las incontables anécdotas que tuvo, incluyendo broncas en las que se vio inmiscuido, declaraciones incendiarias, y aquella frase de “el gol es el táctico del futbol”, o aquella ocasión que apareció sorpresivamente en un programa de televisión en Monterrey para reclamarle, al aire, a Patricio “Pato” Zambrano, una opinión contraria a su persona y que resultaría cómico pues el “Pato” al verlo salió corriendo del foro y Miloc fue por él, teniendo que intervenir otras personas que participaban en ese programa de opinión para apaciguar a un enfurecido “Tanque" que resoplaba como toro en un ruedo y quería comerse al actor a quien le pegó el susto de su vida. Desde aquí un fuerte abrazo a su familia, lo recordaremos siempre.