Ideas

Imágenes de la Patria

La integración social y política de México como Nación ha sido realmente un proceso sinuoso, difícil, debido a la presencia de un panorama lleno de vicisitudes, internas y externas.
 
En estos días, en que ya es costumbre generalizada recordar con fastos muy propios producto de nuestra idiosincrasia, la fecha del inicio de la Revolución de Independencia, en primer lugar, queremos subrayar que México, es un gran país, señero entre los otros países que integran nuestro hemisferio, porque está integrado por un pueblo noble y generoso, que a golpes de infortunio y de sacrificios ha logrado, decíamos, integrarse como nación moderna, aunque ciertamente, los compromisos y los retos siguen presentes.
 
Es un país, que cuenta con grandes recursos naturales, con varios miles de kilómetros de costas, con gran variedad de climas, con regiones poco explotadas.
 
El pueblo mexicano, ha integrado, pues, un México con una fisonomía singular, en donde podría situarse el meollo preciso de lo que podría ser la esencia, el meollo de la mexicaneidad.
 
La conformación de nuestro país, ha sido producto de la realización de tres grandes revoluciones, -la de Independencia, la de Reforma y la Mexicana-, y será precisamente en los años inmediatos posteriores a ésta última, cuando, el poeta Ramón López Velarde, con su “Suave Patria”, Saturnino Hernán, y los famosos naturalistas, Diego Rivera, José Clemente Orozco, y David Alfaro Siqueiros, con sus pinturas murales, al igual que Roberto Montenegro, nos darían una nueva visión de lo que era México, visión refrendada por el cineasta soviético Serguei Einstain, con su documental, ¡Qué Viva México!, a lo que había que agregar la expresión de Breton, al afirmar que México era la expresión rotunda del surrealismo. Es, toda una verdadera confabulación de imágenes, que tratan de integrar una síntesis de la fisonomía de la patria mexicana. Pero, la patria, la patria mexicana, es al fin de cuentas nuestra madre nutricia, expresión formidable de la vehemencia de un pueblo que ha luchado, a brazo partido, por su integración, su libertad, su soberanía; es y ha sido un pueblo en movimiento constante con esa dinámica que le da el de ser desde distintos puntos de vista, un pueblo joven, brioso, aguerrido.
 
En fin, Diosa madre, progenitora de las criaturas humanas, numen de la fertilidad, patrona de las plantas, el agua y los astros, emblema de la nación, personificación de la guadalupana, faro de la libertad e icono de nuestra República tales son las múltiples imágenes que se identifican con la idea de la patria y el proyecto de nación en la historia mexicana. Al historiador Enrique Florescano se debe el haber recuperado ésta sorprendente conjunto de imágenes y las une con los procesos políticos, las ideas, los planes, los proyectos, los anhelos, las constituciones, las disrupciones revolucionarias y los propósitos utópicos, muchas veces, que cobraron vida en diferentes momentos de su trajín histórico. 
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