Ideas

Expresiones cotidianas que me dan risa

Aquello de la lengua es un caso. Y es que, más allá del fastidio de los tecnicismos propuestos por las academias, la lengua se mueve sola – aunque suene gacho a albur. Y es que somos la gente quienes vamos formando nuevas formas de expresarnos, y aquí es donde el ingenio, la simpatía o de plano la estupidez popular nos aportan expresiones que trascienden en el tiempo.

Ciertamente este artículo no competirá con las grandes plumas que escriben en este periódico, pero la verdad es que, aunque nadie me lo pidió, me dieron ganas de hacer un listado de expresiones cotidianas que me dan risa.
Aquí van:

i. Se lo cargó el payaso. Si duda de las mejores formas de resumir el colapso y la desgracia absoluta. Los lingüistas coinciden en establecer que esta expresión surgió alrededor del año 476 con la caída de Roma. El origen viene de la frase latina Onus maccus. Se afirma que luego fue vulgarizado por los godos y mexicanizada por la tarascada. Lo que comparten en común todos los pueblos y civilizaciones que han empleado dicha expresión es que, tarde que temprano, a todos se los ha cargado el payaso.

ii. A Chuchita la bolsearon. Una gran advertencia de contenido filosófico – jurídico que sirve para demostrar la incertidumbre y desconfianza existente en el cumplimiento de las obligaciones de un tercero. Por ello, si quiere prevenir la mora, pocas cosas resultan tan convenientes que establecer de antemano la incomodidad que generará el que luego te vengan con que “a Chuchita la bolsearon”.

iii. Chiquitibun bombita. Existen muchas cosas que la ciencia no nos ha explicado satisfactoriamente. Una de ellas es el por qué carajos nos da a la gente por echar porras y peor aún por mantener la porra de “chiquitibun bombita, chiquitibun bombita, ay… que bonita.” Resulta del todo evidente que, quien sea que haya inventado esta expresión, debía consumir cantidades industriales de ácido.

iv. Quen pompó. Sí, ciertamente no es una expresión cotidiana. Pero no encontré mejor momento para rendir tributo al titán de Villahermosa Francisco José Hernández mejor conocido como Chico Che. Y es que en títulos como el ya mencionado y otros como “de quén chon” y “tons qué mami” dejó de manifiesto un lenguaje amoroso que ni los más cursis poemas de Polillita. Desde aquí deseamos que Dios lo tenga en su santa gloria.

v. Trae un bollo en el horno. Una expresión exquisita. En su mejor escenario esta frase la dirá el padre de la criatura para explicar alguna situación, por ejemplo “No mi Luís, no podremos ir a la fiesta esta noche, Lupita trae un bollo en el horno”.

vi. La quinta caca. Lidiar con gente presumida es una de las cosas más fastidiosas del mundo, sin embargo, a lo largo de la vida uno se tendrá que topar con esta clase de sujetos. Por eso, no es raro que inmediatamente después de que alguien ha sido humillado y sobajado por el patrón, salga de su oficina espetando un “se cree la quinta caca”.

vii. Espántame panteón. Los mexicanos somos un pueblo bravo, y pocas frases encapsulan mejor este valor a lo José Alfredo que “espántame panteón”, mire que meterse con las criaturas de ultratumba no es poca cosa y el estar dispuesto a enfrentar al mismísimo demonio es de machos machos.

viii. Le chilla la rata. Aunque ya exista un medicamento que anuncian en la tele para la sudoración excesiva del sobaco, sigue habiendo una cantidad significativa de gente que anda cargando una catarata de miedo. Como es muy explorado, la catarata por si misma no produce olor, pero si el interfecto se comió una sopa castellana a mediados de mayo, seguramente le olerá el sope a los baños del estadio tras un concierto de La Maldita Vecindad, referirse a éste como chillido de rata no puede sino demostrar una maestría del castellano propio de carretonero.

ix. Colgó los de hule. La muerte, al seguir siendo un misterio, trae consigo la congoja. Y en aras de mantener vivo el recuerdo de aquel ser amado, pocas tradiciones llevan tal carga emocional que arrojar un par de tenis propiedad del difunto para que, colgando de un cable de luz o de teléfono, se inmortalice su memoria. Ese paso del mundo presente a la promesa divina técnicamente se denomina “colgar los de hule”.

x. No le busques chichis a las culebras. Las cosas simples son siempre mejores. Por ello si tiene una amistad a quien le guste perderse en los meandros contemplativos no dude en zanjar disputas, discusiones o simples charlas utilizando esta frase. El efecto es inmediato y contundente.

Ciertamente existen más expresiones chistosas pero tampoco es para tanto, si quiere ser generoso, no dude en compartirnoslas para acrecentar nuestro dominio de la lengua.
 

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