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Estructuras de los suelos minerales

Si hay algo que debemos tener presente los que nos dedicamos a la agricultura utilizando el suelo, es que este, debe ser cuidado “como la niña de nuestros ojos”; esta frase es tan arcaica como el mismo idioma castellano en donde nació. A lo largo de las generaciones de los productores agrícolas se han agredido los bienes que la madre naturaleza nos ha dado así pues, los suelos agrícolas siguen siendo constantes víctimas.

Mientras la textura es indudablemente de gran importancia en la determinación de ciertas características de un suelo, es evidente que el tipo especial de los grupos de partículas que predominan debe ejercer también considerable influencia. El termino estructura se usa para referirse a tales grupos. Estructura es estrictamente un vocablo usado para describir sobre el terreno el grosor, agregación aparente o disposición de los sólidos del suelo.

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Este último párrafo presente en esta colaboración lo estamos reimprimiendo solo para enfatizar la importancia explicita. >

Granulación y su proceso en los suelos arables.- en un sentido práctico nos interesan dos grupos de factores en relación con la agrupación de las partículas del suelo: uno, los responsables de la formación de

agregados, y dos, los que dan estabilidad a dichos agregados, una vez formados. Considerando que ambos grupos de factores están obrando simultáneamente, es a veces difícil separar sus efectos respectivos en el desarrollo de la granulación de los suelos. >

Génesis de los gránulos.- Aunque todavía no hay seguridad en el exacto mecanismo sobre la formación de los gránulos, sin embargo se conocen factores específicos que influyen en su génesis. (Origen pues). Los más importantes son: uno el humedecimiento y secado; dos, las heladas y el deshielo; tres, la actividad física de las raíces y animales del suelo; cuatro, la influencia de la degradación de la materia orgánica y de las excreciones de los micro organismos y de otras formas de vida; cinco, los efectos modificadores de los cationes adsorbidos, y seis, el laboreo del suelo.

Evidentemente, cualquier acción que desarrolle direcciones de menor resistencia, intercambie de un sitio a otro las partículas, y produzca contactos que de otra manera no ocurrirían, no habrá tendencia a la granulación. Por consiguiente, no es sorprendente que la alternancia de mojado y secado, de helado y deshielo, de los efectos físicos del crecimiento de las raíces, así como del laboreo, tiendan todos a la formación continuada de agregados. Aquí en esta fase debemos estar pendientes de tener una constante de humedad que mucho ayuda en el proceso de aireación >

y penetración de calor. Los beneficios del arado en ciertos tipos de suelos y del ablandamiento de los terrones bajo la influencia de una lluvia abundante son bien conocidos en la preparación de la siembra de semillas. Y las influencias en la granulación por las lombrices de tierra y otros organismos del suelo no deben ser tampoco olvidadas. A propósito hemos de hacer mención de que el cultivo de moda de la lombricultura, entre sus principales objetivos es precisamente propiciar la granulación.

Influencia de la materia orgánica.- El mayor agente aparte de la lombriz en la producción de gránulos es la materia orgánica la cual, no solo une, sino que también aclara y reparte haciendo posible la porosidad característica de los agregados individuales del suelo. Las raíces de las plantas también promueven la granulación, tanto por la degradación de la materia orgánica misma distribuida como por la acción erosiva de sus ramificaciones. Nuevamente hacemos hincapié en que la presencia de fosforo es básica para el desarrollo radicular. Las propiedades electroquímicas del humus, tanto como de la arcilla, son efectivas en la organización y estabilización posterior de los agregados. Los desechos y otros productos viscosos microbianos también favorecen el desarrollo granular y ejercen una buena influencia estabilizadora. La granulación de esta forma, asume un aspecto altamente biológico.

La materia orgánica la debemos considerar siempre por su importancia en la modificación de los efectos de la arcilla. En efecto, vislumbramos que debe existir una relación química entre la degradación de la materia orgánica y las moléculas de los silicatos. Además la elevada capacidad adsorbente del humus para el agua tiende a intensificar los efectos disruptivos de los cambios de temperatura y de las fluctuaciones de la humedad. Debemos entender que la granulación de un suelo arcilloso no puede ser provocada adecuadamente sin la presencia de una cierta cantidad de humus. Adoptemos la costumbre de dar escardas con las que damos tratamiento benéfico al suelo, lejos de aplicar productos húmicos en los sistemas de riego. El mantenimiento de la materia orgánica y de sus productos de síntesis, por otra parte, es de gran importancia práctica no solo química y biológicamente, sino también físicamente.

Hemos de continuar

El autor el productor asesor-consultor Correo ing.sierra@yahoo.com.mx

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