Ideas

Espíritus sin talento

Por Eduardo Escoto

El hecho de que un programa de televisión presente como tema central de una de sus emisiones al Departamento de Música de la Universidad de Guadalajara sería una buena noticia, a menos que se trate de un espacio enfocado a un tipo de entretenimiento bastante rústico.

Así, el pasado 31 de marzo, el programa Extranormal de Tv Azteca presentó una “investigación” grabada en el interior de las instalaciones del Ex Claustro de San Agustín, en el Centro de la ciudad, para desvelar las “manifestaciones paranormales” que allí tienen lugar.

Un “equipo de investigación” (que incluía a una vidente con un disfraz árabe que parecía venido de una mala pastorela) recorrió las aulas de la escuela que ya rebautizaron como el “Conservatorio de las ánimas”. Siguiendo el formato de falso documental y mediante los trucos de producción más elementales, se trató de sugestionar a la audiencia para que crea que las puertas se abren solas, que los instrumentos se tocan sin intervención humana y que en el edificio se presentan apariciones.

Hay momentos que involuntariamente rayan en lo cómico, como cuando uno de los conductores del programa, identificado como “un profesional de la música” por uno de sus compañeros, afirma categóricamente que el espíritu en cuestión acaba de tocar la nota Sol en el piano, al tiempo que, para demostrarlo, presiona la tecla Re. Eso sí, menos graciosa es la forma en la que después se dedica a golpear los timbales del salón de percusiones por espacio de cinco minutos (utilizando para ello baquetas en lugar de mazos y haciendo un uso indiscriminado del pedal de afinación), como parte de “un experimento a través de las vibraciones” para “acceder a otros planos dimensionales”. Cabe señalar que un parche para un timbal de concierto cuesta —dependiendo de su calidad— unos dos mil 500 pesos en promedio.

Pero ya en un plano mas terrenal, sería interesante saber quién —y sobre todo con qué objeto— decidió dar el permiso para que se realizara la grabación de dicho programa en la escuela, aunque en realidad, lo más probable es que la respuesta no implique ninguna consecuencia y si bien es claro que no se trata de hechos de una enorme gravedad, sí pueden ser un indicador de la seriedad con la que toman al centro educativo los que lo tienen a su cargo.

Al igual que cualquier institución educativa, sin una correcta proyección social de su importancia, así como de los logros y esfuerzos que han llevado a su consolidación, el Departamento de Música se encontrará funcionando —cuantitativa y cualitativamente— por simple inercia. Y esto no es para nada deseable, teniendo en cuenta que junto a la Escuela Superior de Música Sacra representan las únicas dos ofertas de educación musical formal que se encuentran en la ciudad.

En este sentido, se puede apuntar que el año pasado, el Departamento celebró su LX aniversario con una serie de actividades que muy poco se promocionaron fuera de los medios habituales, lo cual hubiera sido más provechoso que emprender la búsqueda de ánimas en su interior, ya que por lo se pudo oír, a pesar de los siglos que supuestamente han pasado ahí, poco saben de música.

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