Ideas

Entre imitar o asimilar

El Mexicano en vez de dedicarse a copiar, a imitar, a traer las cosas que funcionan o suceden en otras partes del mundo, debe de asimilar y crear su propia versión de las cosas.

Samuel Ramos en su libro El perfil del hombre y la cultura en México, señala que: “no consideraremos como cultura mexicana la que se deriva por medio de la imitación”.

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Si reflexionamos esta sentencia, nos damos cuenta de que la observación va directamente a cuestionar que somos el producto de lo que hemos importado y no de lo que hemos construido. >

Y continua el autor: “Entre el proceso de la imitación y el de la asimilación existe la misma diferencia que hay entre lo mecánico y lo orgánico. Aquí también la observación de la historia nos permitirá descubrir si tras de la obra más aparente de la imitación, se ha realizado algún proceso de intima asimilación de la cultura”

Por lo que no va a ser lo mismo, vivir de una identidad basada en la imitación a una que ha asimilado lo que ha importado, pero lo ha hecho propio con lo cual pueda edificar una manera especifica de ser. >

La llegada de los Españoles en la conquista fue un hecho avasallador de parte de su cultura. Sin embargo Ramos pone el dedo en la llaga al decir: “Es cierto que hubo un mestizaje, pero no de cultura, pues al ponerse en contacto los conquistadores con los indígenas, la cultura de éstos quedó destruida.

“Fue —dice Alfonso Reyes— el choque del jarro con el caldero. El jarro podía ser muy fino y hermoso, pero era el más quebradizo”. >

Muy acertado el cuestionamiento ¿Qué tanto de la cultura prehispánica aun tenemos hoy en día? Si bien el mestizo y lo sincrético persiste y domina nuestro actual modo de ser, la cultura que predomina es la Europea, hoy con sus claros matices norteamericanos; pero lo autóctono, como cultura ha estado en proceso de extinción y hoy es mas una pieza de museo y folclor, que una realidad cultural.

En el desarrollo de la cultura en America, señala Ramos, “debemos distinguir dos etapas: una primera la trasplantación y una segunda de asimilación”

Entonces parece ineludible afirmar que aun estamos en el proceso de trasplante y poco a poco estamos entrando al de la asimilación.

Desde el encuentro de los dos mundos, el mesoamericano ha tenido que batallar para sobrevivir con los últimos vestigios que le quedan, mientras que el conquistador se regodea, primero con los españoles, luego con los liberales franceses y recientemente con la horda empresarial económica de los vecinos del norte. Pero de nosotros mismos, en nuestro propio ser, aun no desarrollamos nuestra auténtica manera de ser. Seguimos importando, seguimos imitando, seguimos siendo súbditos de otras naciones que tienen puestos muchos intereses en nuestro territorio.

Los mexicanos hemos de seguir asimilando que somos una síntesis de la unión de dos grandes historias.

Falta por rescatar la nuestra y construir un futuro con originalidad.

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