Ideas

Endrogados

Endrogado: dícese de la persona que tiene varias deudas, por lo tanto debe mucho dinero y no puede salir de esa situación. México es un país endrogado. Más específicamente: los gobernantes han endrogado a la sociedad mexicana sin su consentimiento y de modo discrecional, a un grado que casi 10 por ciento de la riqueza que producimos con nuestro trabajo va a parar al pago de intereses y amortizaciones de la pesada deuda interna y externa que los sucesivos gobiernos han puesto sobre nuestras espaldas.

La suma de la deuda interna y externa, de acuerdo al reciente reporte trimestral de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de agosto pasado, es de 6,220 billones de pesos. El aumento de la deuda es impresionante desde hace 35 años. En el periodo 1980 a 1994 la deuda pública mexicana sumaba medio billón de pesos; en el periodo 1994 a 2008 aumentó hasta dos billones de pesos; de 2009 a agosto de 2015 la deuda llegó a 6.2 billones de pesos.

>

En promedio, cada día, el panista Felipe Calderón contrató 1,642 millones de pesos (mdp) diarios de deuda; ahora el ritmo con el priista Enrique Peña Nieto ha aumentado: cada día se echan a nuestras espaldas 1,773 mdp de deuda. Es un ritmo que no tiene precedente y que parece no tener fin. Y todo indica que la carga va en aumento: tan sólo en el mes de agosto de 2015 los mexicanos pagamos 2,221 mdp por intereses y comisiones de la deuda interna y otros 205 millones de dólares (unos 3,280 mdp) por comisiones y gastos de la deuda externa, según información que la SHCP entregó a los diputados federales.  ¿Para qué alcanzaría el pago cotidiano de 2,000 mdp en deuda? En una semana se podrían pagar dos hospitales de tercer nivel; dos días del pago de intereses equivalen al presupuesto de Guadalajara para todo el año y cinco días de costo de deuda equivalen al gasto anual de la UdeG. >

Es una sangría inmensa de recursos que los gobernantes nos obligan a pagar a los mexicanos. Históricamente se ha dicho que la contratación de deuda es necesaria porque no hay los ingresos suficientes para financiar el gasto público. Pero tenemos toda la vida independiente del país pagando ese tributo al capital financiero internacional sin que se pueda alguna vez vivir sin deuda, dejar de estar endrogados. Es un discurso falso, pues si se eliminaran los privilegios de la alta burocracia, si se taparan las fugas por corrupción y despilfarro, y si se cobrara de manera equitativa a todos los contribuyentes especialmente a los más grandes (las grandes mineras pagaron menos 2 por ciento de sus ingresos en impuestos en los pasados 15 años), habría los recursos suficientes para detener la deuda, bajarla o eliminarla. Además es una deuda que ya se ha pagado. Urge que convirtamos al tema de la deuda pública en un debate nacional; urge fiscalizar quién decide y por qué seguir endrogando a los mexicanos; urge castigar a quienes obtengan beneficios por estas decisiones y urge, sobre todo, parar la sangría de trabajo y riqueza que nos cuesta a los mexicanos la deuda pública.

Sigue navegando