El saludo, para entrar en contacto con los demás
Por Aurelio Lozano
El saludo está considerado como uno de los usos sociales por excelencia, presente en todas las culturas aunque en formas muy distintas: los esquimales se frotan la nariz, mientras que los rusos se dan un breve beso en los labios.
Dos son las formas fundamentales de saludo: el apretón de manos y el beso. En el análisis de los mismos comprobaremos como la manera de saludar pone en manifiesto tanto el carácter de una persona como su predisposición a reaccionarse con los demás.
El apretón de manos
El apretón no sólo se reduce al acto físico, sino que va acompañado de una serie de actitudes, miradas y palabras que sirven para complementar su función.
Entre hombres, el apretón debe ser enérgico y breve, sin llegar nunca a la vehemencia.
Si existe un alto grado de confianza se puede reforzar el saludo sujetando con fuerza el antebrazo del interlocutor o incluso realizando un amago de abrazo; nunca beben exagerarse las formas. No es necesario que el saludo de la mujer sea tan enérgico como el caso masculino; sin embargo como el caso masculino, un exceso de debilidad puede indicar desconfianza o recelo. >
Para que el apretón adquiera plena validez debe acompañarse de una serie de gestos complementarios que refuercen su intención: la sonrisa es muy importante; también lo es mirar con firmeza a los ojos del interlocutor y, por último, acompañar los gestos con una frase de cortesía (encantado de saludarle o como está usted). Si entramos en una sala o dependencia llena de gente el apretón a cada una de las personas presentes puede resultar algo excesivo, bastará un saludo en general (buenos días o buenas noches).
El beso
El saludo más usual consiste en dar un beso en cada mejilla; sin embargo, el ámbito latinoamericano se reduce a solo un beso en la mejilla.
Como regla general este tipo de saludo se practica con personas que ya conocemos y con las que nos une un cierto grado de confianza. Si la relación es más fría o convencional extender la mano para dar a entender que bastará con un apretón cordial.
Una de las tendencias más negativas es la de lanzar besos al aire, que por general indica que la confianza que aparentamos es falsa. El beso debe limitarse a posar los labios suavemente o incluso a juntar las mejillas, pero lo que siempre debe evitar es lanzar besos al aire, una de las peores nuestras de descortesía.
Una de las reglas esenciales es que no debe besar a alguien si no le ha sido presentado. Si detecta la intención del beso por parte de un nuevo conocido, interponga su mano para evitar un contacto demasiado afectuoso.
Evite también la efusividad excesiva con niños pequeños y bebés. Muchos padres consideran esta norma social antihigiénica.
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