El complejo de inferioridad del mexicano, según Samuel Ramos

Me ha sorprendido, corroboran, que la idea del complejo de inferioridad que, se cree, padecemos los mexicanos, es una suposición del mismo autor del Perfil del hombre y la cultura en México. Y así lo señala en su prólogo: “Hace algunos años, observando los rasgos psicológicos que son comunes a un grupo numeroso de mexicanos, me pareció que podían explicarse desde el punto de vista señalado por Adler. Sostengo que algunas expresiones del carácter mexicano son maneras de compensar un sentimiento inconsciente de inferioridad”.

A pesar del esmero por señalar que son meras observaciones y que además lo deja sólo en el terreno de un parecido, que además sólo podría explicar algo del carácter del mexicano. Si apunta, que tras de su observación, hay algo en su pensamiento que le hace suponer que si existe una peculiar manera de vivir la inferioridad a la mexicana.

Y continúa con sus aclaraciones: “Los lectores que hayan comprendido la explicación sobre la génesis de este sentimiento, no podrán inferir que yo atribuyo una inferioridad a los mexicanos”.

Ciertamente, párrafos anteriores, explica en su prólogo a la tercera edición, “un rápido escorzo, la doctrina psicológica de Alfredo Adler, que fue en un principio discípulo de Freud, pero se apartó después de ése para seguir sus propias ideas sobre la interpretación del carácter nervioso”.

En principio, Adler no buscaba explicar el carácter nervioso, sino el neurótico, y más aún su teoría intentaba explicar la formación de la personalidad que, a diferencia de Freud, la atribuía al desarrollo de la libido en las primeras etapas del desarrollo infantil, es decir, la oral, anal y fálica. Adler descubrió en sus indagaciones que en vez de las pulsiones de vida, eros y tanatos, estaba la sensación de inferioridad que se vive en la desventaja básica en el desamparo del niño a la hora del nacimiento, y que a lo largo de la vida se compensará con un esfuerzo que marcará el estilo personal de superarlo. En su teoría incluye el descubrimiento del órgano débil, que determinará mucho de lo que será compensar lo que se descubre que nos hace sentirnos débiles e inferiores.

Al repasar la propuesta de Samuel Ramos encuentro que más bien decía: “Lo que afirmo es que cada mexicano se ha desvalorizado a sí mismo, cometiendo, de este modo, una injusticia a su persona. No prendo, desde luego, que esta interpretación psicológica pueda generalizarse a todos los mexicanos, pues quizá existan otras modalidades de carácter cuyo mecanismo deba ser explicado con otros principios científicos”.

En Adler no existe una teoría de la autodevaluación, por lo que no es lo mismo tener un sentimiento de inferioridad, incluso extensible a toda una cultura, sino a un hecho propio de la formación del carácter.

Queda la esperanza de que el mismo autor nos invita a reflexionar “significa que el trabajo es muy incompleto y quedan aún grandes renglones del alma mexicana por explorar”.

Por lo que ahora debemos de resolver ¿Si el mexicano se devalúa o tiene una tendencia a sentirse inferior? ¿O ninguna?