Efectos personales
Cuando la violencia y el sexo han concentrado los temas con exclusión de comedia y romance, es estimulante encontrar “Efectos personales”, película en que la tragedia une a cinco seis inocentes sufriendo la pérdida de seres amados.
El joven “Walter”, interpretado por Ashton Kutcher, deportista luchador deja su equipo en Iowa y decide volver a su ciudad natal donde su hermana melliza “Annie” fue asesinada y la abuela “Gloria”, cuya actuación corre a cargo de Kathy Bates, se ha hecho cargo de la nieta huérfana; la visita a un consultorio médico le provoca la coincidencia de conocer a “Linda”, que interpreta Michelle Pheiffer, viuda de un marido alcohólico también asesinado por un amigo dentro de un bar dejando huérfano a su hijo sordomudo, “Clay”, Spenser Hudson, quien evoca el recuerdo de su padre.
El juicio de los victimarios integra un drama de suspenso, en un ambiente de desesperanza y simultáneo rencor dando pauta al constante cambio de actitud de los personajes impidiendo su total entrega sentimental que da ritmo a la película “Efectos personales” dirigida por David Hollander ; complementan el reparto Rob LaBelle, Mary Black, Anne Mae Routhledge.
Lo que hace peculiar a “Efectos Personales” es la actuación en un drama de introspección y lucha de sobrevivencia en la vida modesta sin dejar recuerdo del pasado, salpicado por el deseo de venganza y la superación de la contienda por acabar con la vida de los asesinos y convencer al Jurado para obtener su sentencia. El suspenso prevalece produciendo expectación que da vida al cuadro de incertidumbre entre bien, mal y justicia. Algo digno de discutir y alcanzar convencimiento propio en el curso de la vida. El espectador es final decisor.
Dios nos guarde de la discordia.