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Dorando Pietri: la leyenda del perdedor

El Maratón de los Juegos Olímpicos de Londres 1908 pasó a la historia por dos cuestiones:  cuando se tenía ya la ruta con la distancia como fue la gesta heróica  de Filípides en 490 AC, y que se corrió por primera ocasión en los I Juegos Olímpicos de Atenas 1896, con la distancia original de la aldea de Marathon a Atenas, de 40 kilómetros, cuando la soberana Alexandra I, se enteró que no pasarían por  los jardines del Castillo de Windsor, obligó a los organizadores a hacer una modificación que dio por primera ocasión la distancia de 42 kilómetros 195 metros. “Por un capricho de una mujer, de una reina”, el Maratón desde esa fecha es de 42 kilómetros 195 y los récords anteriores pasaron al olvido y la segunda sería el primer récord del mundo en la distancia actual.

Primer Maratón de 42 kilómetros 195 metros

Era la cuarta edición de los Juegos Olímpicos, tras las celebradas en Atenas, París y Sant Luis y ahora la distancia de Maratón era otra y terminaría en el majestuoso Sheperd’s Bush Stadium, iniciando claro en  el Castillo de Widnsor, eran las 14:30 hora del 24 de julio y se dio la salida oficial, con 56 participantes, la mitad de los cuales abandonaron la nueva prueba, expresando que la nueva distancia era una locura.

Fue una carrera de sobrevivientes al intenso calor y se alternaron en la punta, hasta el kilómetro 30, Tom Longboat, de Canadá, Charles Hefferson, de Sudáfrica y un italiano, Dorando Pietri, que en el 38 toma la punta, pasa el 40 en solitario con una amplia ventaja sobre el resto.

Dramático final

Pietri, llega al 41, absolutamente vacío, con fatiga extrema y deshidratado, al ingresar al estadio, le faltaba dar sólo la vuelta al óvalo de los 400 metros, desorientado toma el sentido equivocado, se tambalea y cae sobre la pista una y otra vez, lo levantan lo orientan, se resiste a retirarse, cae por última ocasión a sólo cinco metros de la meta y no se levanta más, el público que colmaba el estadio asiste con el corazón encogido, finalmente vuelve de su sueño profundo y ayudado cruza los últimos metros, pero mucho después de los primeros lugares, pero finalmente finalizó.

La gran ventaja que no pudo culminar en triunfo Dorando, dejó abierta la opción para el primer ganador y el primer récord del mundo, el estadounidense, John Hayes, que triunfa con marca de 2:55’18”.

Dentro de los espectadores estaba presente, Sir Arthur Conan Doyle, el célebre creador de Sherlock Holmes y al observar expreso: “Es un espectáculo espantoso, aunque fascinante, esa extraña lucha de un cuerpo totalmente exhausto, como un hombre en sueños”.

Más fama que el vencedor

El pequeño atleta italiano, al protagonizar el acontecimiento más conmovedor, se convirtió en un héroe sin corona, su desgracia llegó al corazón del público británico y al siguiente día la Reina Alexandra I, al entregar los trofeos a los ganadores, premió el pundonor de Pietri, entregándole una copa de plata, más notable que las de los vencedores, acompañada de sentidas palabras de admiración, y se convirtió en una celebridad internacional.

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