Ideas
Comida, desperdicio de alimentos, hambre, pobreza, miseria
Por Manuel López de la Parra
Es cierto que el hambre ha vuelto a ser un reto para la actual humanidad, porque precisamente, el ser humano sino come no podría sobrevivir, por lo que es la acción prioritaria que desde siempre hay que cumplir, y es el principal objetivo de la actividad económica, el procurar los alimentos que requiere la sociedad.
Ya se sabe que a pesar de muchas políticas públicas en uno o en otro sentido, el fenómeno del hambre continua estando presente en muchas partes del orbe, y es una actitud casi representativa de una gran mayoría de los pueblos del África negra, de tal modo que el caso del resurgimiento del ébola, al decir de los críticos, es producto del hambre, de la pobreza, de la miseria y de todo lo que provoca esta situación.
Pero, lo que más llama la atención lo constituye la noticia por demás alarmante que representa el desperdicio diario de miles de toneladas de alimentos, no solamente en los países ricos, sino también, es el colmo, en México, donde la prensa continuamente notifica a la opinión pública, que todos los días van a la basura muchas toneladas de toda suerte de comida, y que bien se podría aprovechar repartiéndola de alguna manera a las clases menesterosas.
Este asunto de nueva cuenta llamó nuestra atención debido a un bien documentado artículo publicado en la revista de circulación mundial, Nacional Geographic en el número correspondiente al mes de agosto de este año.
Así, la autoría de dicho texto señala que “de nuestras granjas a las tiendas de abarrotes y a nuestras mesas, un tercio de la comida que producimos se desperdicia, y que está en manos del consumidor que esa parte negativa se pueda corregir”.
Así mismo, se señala que en América Latina la tragedia alcanza aspectos irónicos. Aquí, donde 47 millones de gentes sufren pobreza alimentaría, se pierden unas 80 toneladas de comida al año.
También se señala que no es problema de producción lo que impide que los habitantes de nuestro hemisferio estén satisfechos, sino la inquietud del acceso a los bines, que a su vez exacerba las brechas sociales.
En México, por ejemplo, se desperdician diez millones de toneladas de alimentos al año, o sea el 35% de la producción nacional, con un valor de 120,000 millones de pesos. Sobran los comentarios.