Bertha Padilla de Pérez, Mi Gran Esperanza-Hospital Infantil La Esperanza
Una mujer de excelentes sentimientos e inagotable caridad para con los niños con cáncer e incapacitados económicamente para enfrentar este padecimiento es Bertita, creadora de esta institución para ayudarlos: Mi Gran Esperanza, que floreció con la inquietud de un grupo de voluntarias convencidas de la necesidad de apoyar a una de las poblaciones más desprotegidas de nuestra sociedad: niños con cáncer del Hospital Civil de Guadalajara.
Mi Gran Esperanza diariamente compra medicamentos, paga estudios de diagnóstico, prótesis, despensas, transporte, terapias, radioterapia, estudios especiales, implantes... es una Casa Puente.
¿Cuándo inició? “Nace en 1995 como asociación civil, contando con recibos deducibles de impuestos. Trabajando muchísimo, convencidas que tratando a tiempo a los niños, se evitarán muchas muertes. El cáncer infantil es la segunda causa de muerte en menores de 15 años, diagnosticado a tiempo y teniendo acceso al tratamiento adecuado tienen 70% de posibilidades de sobrevivir. Tenemos benefactores que nos ayudan, se puede adoptar un niño por 250 pesos (como base) mensuales por un año.
La estación Grupo Millenium “Bella Música”, en el 105.1 de F.M, promueve la cultura y la formación de los valores altruistas en la sociedad tapatía. Recordándonos con cápsulas informativas la oportunidad de ayudar a estos pequeños. En 2003, fueron cambiados al Hospital Juan I. Menchaca al séptimo piso, que se había remodelado. Anteriormente los niños candidatos al trasplante de médula se derivaban a la Ciudad de México o Estados Unidos, ahora se tratan en esta ciudad.
¿Cómo apoyan? “En oncología y hematología pediátrica de los hospitales civiles de Guadalajara, en tratamientos, estudios médicos, transporte, medicinas, trasplantes de médula y luchamos con los niños desahuciados, impartimos ayuda psicológica a los padres. Procuramos darles mucho amor y apoyo espiritual. Atendemos niños de otros estados que vienen a tratarse, y a lo largo de 18 años hemos apoyado a más de dos mil 400 niños enfermos. Acudo a la institución y estoy en contacto con el Hospital Civil. Trabajamos de lunes a viernes con un horario 10:00 a 14:00 horas”.
Jalisco tendrá el Hospital Infantil La Esperanza, para niños con cáncer. Proyecto de RACO / Rábago Arquitectos y Consultores. Tiene 16 mil metros cuadrados de terreno y seis mil de construcción. Considerado como uno los mejores hospitales del mundo y el más grande en oncología pediátrica en México.
Bertita Padilla de Pérez soñó este proyecto y está realizándose en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga. Contará con todo el equipo médico nacional e internacional. Cuenta con hospitalización general, servicio de urgencias, trasplante de médula, quirófano, quimioterapia, braquiterapia, banco de sangre, laboratorio de citogenética, terapia intensiva e intermedia, dos áreas de hospitalización con 32 cuartos con camas especiales, dos módulos aislados, uno de ellos donde estarán los padres mientras sus hijos están en el proceso médico; rayos X, área general de consultorios, servicios básicos de lavandería, almacén y archivo clínico.
Entre las mestas, está atender más de 400 niños anualmente, y proveer atención y cuidados a más de 120 niños simultáneamente dentro de las instalaciones. Habrá áreas sociales, restaurant, auditorio. Estacionamiento público y para los médicos. Donativos a los teléfonos 3614- 9293 y 3614 -5050.
Formas de ayudar. Muro de la Esperanza: en el exterior del Hospital Infantil la Esperanza existen varios muros de tres metros de largo por 1.90 de alto, donde se pondrá el nombre del colaborador en un espacio de 30 centímetros por 19 de alto; el donativo será de 10 mil pesos. Club de la Esperanza: para personas o empresas que quieran dejar su huella: Diamante: 500 mil pesos, pagando a 24 meses y 20 mil 833 mensuales. Oro: 200 mil a 499 mil 999, a 24 meses de ocho mil 333 mensuales. Plata: 100 mil pesos, 24 meses a cuatro mil 166 mensuales. Bronce: 50 mil a 99 mil 999, a dos mil 83 mensuales.
Árbol de la Esperanza: donativo de 500. Se plantará un árbol con el nombre del donador, paralelamente ayudando a la ecología y recordando tu buena acción al verlo crecer, y al niño que estás curando.
Existe un Gran Árbol –escultura moderna– donde estarán placas con los nombres de los donadores incluyendo sus familiares.
Por este medio dan las gracias a todos aquellos que han tendido su mano a esta noble institución, nacida de una gran mujer que creó una “Gran Esperanza”.
“Quien no vive para servir, no sirve para vivir”.