Aliados
Ubicada en los años cuarenta en el Norte de África, sitio donde un agente de inteligencia de los Aliados. Max Vatan —interpretado por Brad Pitt—, procedente de Marruecos es asignado a cumplir una delicada misión. Previamente conoce a Marianne Beausejour —Marion Cotillard—, perteneciente a la Resistencia Francesa en Casablanca.
La guerra reúne a la pareja en Londres decidiendo la integración familiar, pero el destino irrumpe en los sanos propósitos conducentes a decisiones disímbolas y peligrosas. Son los tiempos en que los ataques sobre la capital británica convierte en ruinas fincas, cobrando vidas bienes. Es así como la tranquilidad es postergada poniendo a prueba la voluntad de los enamorados, como la de tanta gente sin hallar refugio a la esperanza con remoción de la confianza en las instituciones.
Por una parte, ella es acusada de ser doble agente al servicio de los nazis, y él recibe la orden de investigar la verdad a acerca de su esposa; de ser cierta la sospecha debe acabar con su vida. De esta forma el conflicto es evidente y ambos quedan envueltos en un drama singular sobrepasando sentimientos amorosos con la potencial deslealtad. El conflicto abre la obvia disyuntiva entre el amor y las fuerzas impulsoras de engaño, propiciados por los intereses entre ideología y los intereses de las regiones que dieron espacio a la Segunda Guerra Mundial.
La circunstancia cobra referencia para la actualidad. Es sublime y aleccionador lo que ocurre con la división familiar, conductora de imprudencia con fines políticos que arrastran a la destrucción en el amplio sentido de la palabra, antes de encontrar formas de diálogo entre las partes. La cuenta no se acaba y las evidencias bordan entre lo sublime y la crueldad.
Dios nos guarde de la discordia.