Adiós al IFE, bienvenido el INE
Hace poco más de veintitrés años, nuestro país dio un gran paso a la convivencia democrática, pacífica y ordenada. Por primera vez se creaba una institución especializada en elecciones federales integrada sólo por representantes ciudadanos, dejando atrás la inadecuada función de juez y parte que ejercía el estado en esa materia.
El Instituto Federal Electoral (IFE) desde su nacimiento enfrentó las inercias naturales de un sistema político que no conocía otra forma de desahogar los procesos electivos, superando las presiones y sobre todo las dudas que sobre su eficacia y capacidad se generaron.
Ya fortalecido a partir de una legitimidad incipiente construida sobre la marcha, al IFE le correspondió organizar y calificar la elección en la que se daba en el país por primera ocasión la alternancia, la llegada de un partido político distinto al tradicional a la Presidencia de la República, luego la siguiente e inmediata elección sexenal que se entiende igual de complicada por la obvia intención del nuevo partido en el gobierno de ratificar su llegada y en contraparte el otrora partido dominante con la urgente necesidad de retornar al poder, sin embargo el árbitro electoral no sucumbió, sus integrantes y la experiencia obtenida años atrás le alcanzó para salir adelante y mantener la tranquilidad y confianza ciudadana de los mexicanos.
Todavía el veinteañero instituto alcanzó a organizar el proceso en el que el PRI recuperó la Presidencia de la nación debiendo esperar un prolongado tiempo a que fueran nombrados la totalidad de sus integrantes ante la disputa entre fracciones parlamentarias y los señalamientos sobre el alto costo de su operación completa en los lapsos anuales en que no se realizaban elecciones.
Una vez instalado en el ejercicio de gobierno, el Presidente Peña Nieto ha promovido puntualmente una amplia y exitosa reforma en diversas y variadas materias que ya se han puesto en marcha, en el aspecto político electoral, ha tocado el turno al árbitro de las elecciones que a partir de las modificaciones constitucionales dejó de existir la semana pasada el Instituto Federal Electoral (IFE) para dar la bienvenida al Instituto Nacional Electoral (INE).
Conformado ahora por once consejeros que serán substituidos escalonadamente, el ámbito de competencia de la nueva institución incluye a las entidades federativas que dejarán justamente en manos del INE la organización de sus respectivas contiendas electivas.
El nuevo esquema y atribuciones concedidas al INE, trae aparejado como todos los proyectos nuevos, la incertidumbre de algunos que encuentran cortas las adiciones que se le hicieran al organismo y las críticas de otros que consideraban aún operante el ya desaparecido IFE, sin embargo, debemos tomar en cuenta que la reforma política es parte de un gran paquete de reformas que en su conjunto pretenden hacer competitivo a nuestro país para mejorar el nivel de vida de los mexicanos y en ese sentido, es responsabilidad de todos apoyar su pronta consolidación dado que tiene en puerta ya el siguiente año los primeros retos electorales que enfrentar.